El régimen de Bachar Al Asad sufre dos atentados en
el corazón de Damasco
---
Este lunes el primer ministro sirio, Wael Al Halqi, sobrevivió a un ataque
contra el convoy de automóviles en el que se trasladaba. En el distrito occidental de Mazzeh, la explosión causó
varias victimas civiles pero el mandatario
escapó ileso. 24 horas después ocurrió otro atentado en el que murieron 13
personas en una de las principales avenidas de la capital, Damasco. Ambos
ataques se producen luego de la ofensiva del Ejército de Al Asad para recuperar
bastiones en manos de sus opositores.
---
En las últimas horas un coche bomba
estalló en la hora pico en un barrio comercial e histórico provocando varios
muertos y 70 heridos, muchos de ellos actualmente en estado crítico. El evento
se produjo luego que el día anterior el régimen sufriera un ataque a Al Halqi, jefe de gobierno nombrado en agosto de 2012 tras la renuncia de Riad Hijab, por la represión contra
la rebelión. No se producía un atentado de este tipo contra altos dirigentes
desde julio de 2012 cuando la oposición mató a cuatro altos representantes de
los servicios de seguridad. La explosión del lunes fue en Mazzeh, una zona
donde se concentran las principales oficinas del gobierno y numerosas
residencias de militares. El ataque supone la recuperación de las redes
rebeldes cercanas al régimen. Semanas atrás en dicho distrito, el Frente Al Nusra asesinó al responsable
gubernamental para la emergencia de civiles. Los avances del Ejército sirio en
distintas ciudades, causando alrededor de 40 puntos de enfrentamiento, obliga a
la oposición a golpear a través de atentados para contrarrestar la lucha.
En el último tiempo las tropas de Al Asad
ganaron una importante batalla para obtener el control de Otaiba, localidad crucial
para las vías de suministro de armas y alimentos de los rebeldes. Los ataques
entre leales y detractores del régimen se han acrecentado, incluso con la
denuncia del uso de armas químicas. En marzo Damasco solicitó al Secretario
General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, la investigación a los
rebeldes, sin embargo han bloqueado la llegada de 15 inspectores que esperan en
Chipre para poder ingresar al país. Informes de varios países, principalmente
de Francia y Gran Bretaña, aseguran
que el régimen sirio empleo gas sarín. La Coalición
Nacional Siria se adhiere a esta afirmación y denuncia un ataque con armas
químicas en Saraqeb, al norte del
país, cerca de la frontera con Turquía. Testigos aseguran que al paso
fronterizo llegaron refugiados con casos de asfixia por gases y que serán
sometidos a exámenes médicos. La principal alianza de oposición se mostró dispuesta
a recibir expertos para explorar en las zonas liberadas.
El riesgo de entrar en un callejón sin salida
Los británicos, a través del primer ministro David Cameron, aseguraron
que el uso de armas químicas implica un crimen de guerra. El presidente de
Estados Unidos, Barack Obama, optó por la necesidad de más pruebas para no
repetir el mismo error que en Irak. El
canciller de Francia declaró que hay indicios que las armas pudiesen haber sido
aportadas por ingleses y americanos. Rusia, otro actor clave, lanzó la
advertencia que el argumento de la búsqueda de armas de destrucción masiva pueda
ser utilizado como pretexto para derrocar a Al Asad. El Ministro de Información
de Siria aseguró que aunque se dispongan de este tipo de armamento, el mismo no
será utilizado. Los choques abiertos entre leales y detractores al régimen han
recrudecido la guerra, que desde marzo de 2011 ya se cobró 70.000 muertos y
cinco millones de refugiados. El enfrentamiento, causado por la violencia
represiva de Al Asad contra las protestas pacíficas, parece no tener fin. La
oposición, dividida entre el Ejército Nacional Sirio y el Frente Al Nusra – que
juró lealtad a Al Qaeda -, acusó a las milicias gubernamentales de aniquilar
más de 80 personas la semana pasada.
Desde comienzos de
2013 las detenciones de contrarios al régimen de Al Asad en Damasco se
acentuaron, buscando frenar la capacidad de los insurgentes para infiltrarse en
los círculos de poder. El carácter no uniforme de los opositores creó un exceso
de precaución por parte de occidente, que se abstiene a una acción militar ya
que implicaría movimientos complejos y mucho riesgo. Armar a los rebeldes
también es peligroso debido a que no se observa el compromiso de estos con la
democracia y los Derechos Humanos, mucho menos de los extremistas islamistas. Un
ataque aéreo masivo como ocurrió en Libia podría derrotar al ejército de Al
Asad pero las consecuencias podrían ser parecidas a la situación en Irak. La
OTAN aclaró que no tiene intención de entrometerse en esta guerra y se resiste,
aún frente a las pruebas que mostró Israel con respecto al uso de armas químicas.
La utilización de este tipo de armamento sería una invitación a la intervención
occidental pero ¿alguna nación asumirá el riesgo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario