domingo, 21 de abril de 2013

Informe Semanal: República de Chechenia

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El objetivo de esta nueva entrega semanal es analizar la historia y la actualidad de Chechenia, república constituyente de Rusia. Al ser los sospechosos del atentado en Boston de origen checheno, ponemos la mirada en retrospectiva sobre este territorio.  En el informe nos proponemos analizar el contexto histórico de Chechenia antes y después de la implosión de la Unión Soviética, las dos guerras con Rusia, los grupos islamistas chechenos y la importancia del conflicto a nivel mundial.
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El conflicto armado en Chechenia comenzó en 1994 como una guerra separatista. Con los años se convirtió en una insurgencia islámica en busca de la creación de un Estado islámico independiente en el Cáucaso. El primer enfrentamiento entre chechenos y rusos finalizó en 1996, cuando los soldados de Boris Yeltsin debieron retirarse de un territorio que se convertía a la fuerza en independiente. Tres años después, tras las explosiones y atentados atribuidos a los extremistas radicados en Chechenia, el ejército ruso regresó. En los últimos diez años, los terroristas tomaron rehenes en un teatro y en escuelas, causando cientos de muertos en ambas oportunidades. La República se ha estabilizado bajo el control del presidente Ramzan Kadyrov, un ex rebelde acusado de violación de Derechos Humanos. El extremismo islámico se ha extendido hacia la provincia vecina de Daguestán, en donde se producen ataques diarios entre militantes y las autoridades.                    

La eterna búsqueda de la autodeterminación

Chechenia es un territorio ubicado al norte de la cordillera del Cáucaso, situado entre el Mar Negro y el Caspio. Este Estado ubicado en condiciones estratégicas, en la frontera de Rusia con Georgia, lucha por la autonomía desde la invasión de la Rusia zarista en el siglo XVIII; la cual generó un fuerte espíritu de resistencia. La formación de la República Autónoma Socialista Soviética Checheno – Ingushetia en 1936 significó la capacidad de autogobierno dentro de la Unión Soviética, posicionándose un escalón por debajo de las quince repúblicas soviéticas. Su población, mayoritariamente musulmana, se estimaba en 1.4 millones. Acusados de colaboracionistas con el ejército alemán nazi en la Segunda Guerra Mundial, muchos chechenos fueron reprimidos y deportados por Joseph Stalin, generando un odio hacia los rusos. Tras la muerte de este líder soviético, Nikita Kruschev inició un proceso de desestalinización en donde re establecía la República en 1957. En materia económica, la evolución de Chechenia no fue demasiado diferente a la del resto de la Unión Soviética.

Los eventos que derivaron en el colapso de la Unión Soviética incidieron directamente en Chechenia; la Perestroika y glasnost facilitaron un movimiento nacionalista fuerte. En 1991 el gobierno renunció por la presión del partido pro independencia, Congreso Nacional del Pueblo Checheno, cuyo líder era Dzohar Dudayev, ex general de la fuerza aérea soviética. Los militantes chechenos se levantaron en contra del gobierno soviético y tomaron el control del congreso, declarando de forma unilateral su independencia. Los chechenos convocaron a elecciones, las cuales dieron mayoría a Dudayev. Ante esta situación, Boris Yeltsin ordenó acciones para terminar con la secesión pero sin dar mayores pasos para efectivizar el cumplimiento de lo decretado. En 1992 Chechenia se dividió en dos, ya que Ingushetia se integró a la Federación Rusa. Durante los años que transcurrieron entre los episodios de 1991 y el comienzo de la primera guerra, 300 mil personas huyeron debido a los actos de violencia contra la población no chechena. Las autoridades chechenas, encabezadas por Dudayev, desafiaron permanentemente a Moscú y llevaron adelante una militarización de la sociedad, adoptando posiciones nacionalistas extremas.  

La Primera Guerra

El problema en Chechenia imposibilitaba al gobierno ruso implementar su ideal nacionalista y neo imperial en una etapa en que necesitaba consolidarse como un nuevo Estado. Desde Moscú se intentaba impedir que el afán independentista se trasladase a los territorios cercanos. Chechenia comenzaba a convertirse en un refugio de grupos islámicos extranjeros, con el riesgo de terminar siendo una base para la yihad. Hay quienes sostienen que Moscú intento buscar un enemigo externo para desviar la atención de los problemas profundos del país, de cara a los comicios parlamentarios de 1995. Otra causa que fue derivando en la invasión rusa era el robo de petróleo del oleoducto que conectaba Azerbaiyán con Novorossik por parte de la mafia chechena. Yeltsin comenzó imponiendo un bloqueo económico, quedando el gobierno autoritario de Dudayev como víctima de un Estado opresor. La implementación de un gobierno de oposición títere para quitar a los rebeldes del poder fue un fracaso y las opciones para Moscú se reducían con el paso de los meses.

Las posiciones de ambos se fueron endureciendo, las operaciones de los guerrilleros aumentaron; una de las últimas fue el secuestro de ciudadanos rusos en la ciudad balnearia de Stavropol. Esta situación terminó derivando en la invasión rusa en diciembre de 1994, dando inicio a la Primera Guerra de Chechenia.  Rusia se encontró con una mayor resistencia a la pensada, lo que derivó en un desastre para el gobierno de Yeltsin. Las tropas rusas ocuparon la capital Grozny en marzo de 1995, expulsando a los guerrilleros a las zonas montañosas. Los insurgentes superaron en varias ocasiones el cerco militar impuesto por Yeltsin y atacaron la región de Daguestán, principalmente a través de masivos secuestros. En 1996 el líder checheno Dudayev fue alcanzado por un misil ruso y murió. Su sucesor, Zelimjan Yandarbiev, acordó con Moscú el retiro de tropas y la celebración de un referéndum con respecto al estatus de Chechenia. El armisticio se da ya que los rusos no podían terminar de vencer la resistencia y dominar el territorio. Cabe destacar que los enfrentamientos durante la guerra determinaron la muerte de alrededor de 80 mil personas y que tanto la opinión pública como la mayoría de los partidos políticos se manifestaron en contra del conflicto.

Segunda Guerra

Los Acuerdos de Paz de Jasaviurt en agosto de 1996 pusieron fin al primer conflicto, estableciendo una transición de cinco años para definir el estatus institucional, la retirada rusa y el desarme de la guerrilla. En los nuevos comicios celebrados en enero de 1997 se impuso Aslan Masjadov, un independentista moderado. Tras el asesinato de Dudayev, Chechenia sufrió la debilidad del Estado y las instituciones, lo que derivó en el crecimiento del islamismo radical, principalmente de la versión wahabista. Muchos ex combatientes se convirtieron en delincuentes asociados al tráfico de drogas, contrabando de petróleo y secuestros. En 1999 los fundamentalistas salafistas, encabezados por Shamil Basayev y Amir Jattab, invadieron la provincia vecina de Daguestán, en donde pretendían establecer un Estado islámico. Estas incursiones no fueron apoyadas por el gobierno central de Chechenia. Masjadov se enfrentó varias veces contra el Parlamento y aquellos que reclamaban posiciones extremistas. Una serie de bombas en viviendas de Rusia, de las que fueron acusadas la guerrilla chechena – un episodio no muy claro –, constituyó la excusa perfecta para volver a atacar.  

Vladimir Putín, que asumió en agosto de 1999, se encargó de demonizar a los insurgentes chechenos, acusándolos de todos los episodios de violencia en territorio ruso. Moscú aprovechó la situación para buscar recuperar el poder y desarrolló un ataque a distancia, intentando poner fin a la independencia que poseía Chechenia desde 1991. En este caso y a diferencia del conflicto anterior, la mayoría de los rusos apoyaba la invasión por la serie de atentados recibidos en su territorio. En busca de cancelar la autodeterminación y restaurar la integridad territorial, comenzó la Segunda Guerra, caracterizada por el silencio informativo. Putin inició una operación cuidadosa con más de 300.000 hombres y avanzó hacia la capital, la cual fue ocupada en febrero del 2000, expulsando a la guerrilla a las zonas montañosas del sur. La incapacidad para luchar contra un enemigo “invisible” se volvió a repetir. En junio de 2000 Moscú pone a Chechenia bajo su administración, surgiendo dos gobiernos paralelos, el ruso y el checheno. La muerte de civiles conlleva a la generación de un odio y resistencia hacia Rusia por parte de los habitantes del Estado conquistado.     

Una guerrilla que no ha caído

Luego de ocupado el territorio, Putin impulsó la construcción de instituciones que permitiesen la estabilización y respondiesen a Moscú. Para cumplir con dichos objetivos surge la figura de Akman Kadirov, antiguo aliado de Dudayev. Tras la Segunda Guerra la resistencia chechena continúo con sus atentados en territorio ruso. Sin lugar a dudas el más espectacular se produjo en octubre del 2002 con la ocupación durante más de dos días del teatro Dubrovka, en la cual terminaron muriendo todos los secuestradores y los más de 120 rehenes. En 2003 se aprobó en Chechenia una nueva constitución enteramente sometida a Moscú y sus autoridades; se suprimía la ciudadanía chechena y se imponía el ruso como única lengua. Ese mismo año Kadirov revalidó su poder en las urnas pero fue asesinado meses más tarde, quedando el poder en manos de su hijo Ramzan Kadirov. La guerrilla ya se encontraba debilitada ante la muerte del líder checheno Masjadov, situación que dejó a los insurgentes sin un interlocutor definido. Si bien en 2009 finalizó oficialmente la operación antiterrorista y el gobierno central ejerció su poder en territorio checheno, las acciones de la guerrilla continuaron.

El estallido de una bomba en Nevski Express en noviembre de 2009 con un saldo de más de treinta muertos y el doble atentado suicida en dos estaciones de metro en marzo del 2010 dejan a las claras que la guerrilla aún no había sido derrotada. Si bien se avanzó en la pacificación, persisten radicalistas islámicos que mantienen en vilo a la región. La mayoría de la población chechena parece haber puesto por delante las condiciones de estabilidad por encima de los intereses independentistas. El territorio de Chechenia, que tiene una extensión de alrededor de 15.000 km2, está atravesado por gasoductos y oleoductos que alimentan buena parte de Rusia, es por ello la importancia de mantener seguridad en la zona. La industria petrolera es el eje de la economía aunque su importancia ha caído mucho en este último tiempo, la postura rusa contraria a la independencia no se entiende en términos del crudo sino en el riesgo del efecto dominó.

Se prevé que los insurgentes chechenos tengan relaciones con las otras grandes organizaciones extremistas islámicas. Para Estados Unidos, que apoya todo intento separatista en contra de Moscú en la búsqueda de que Rusia no se consolide como potencia global, la situación de Chechenia se muestra ambigua, ya que luego de los atentados del setiembre de 2011 una fuerte presencia rusa supone el control de los islamistas. Kadirov, en el poder oficialmente desde 2007, ha sido un gran aliado de Putin asegurando la estabilidad dentro del territorio. Los intentos de asesinato hacia él han sido varios durante su mandato, pero la violencia se ha trasladado a la provincia vecina de Daguestán. Los conflictos y el pasar de los años determinaron ciertos cambios: en los noventa un movimiento laico luchaba por la independencia de Chechenia mientras que hoy en día el grupo yihadista “Emirato del Cáucaso” busca implementar un estado regido por la Sharia. A diferencia de Al Qaeda, este movimiento identifica a Rusia como su rival y no a occidente. Consideramos que mientras este pendiente el conflicto ruso-checheno, la amenaza terrorista seguirá latente.       

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