jueves, 25 de abril de 2013

Italia supera la ingobernabilidad

Giorgio Napolitano fue reelecto como presidente y encargó formar gobierno a Enrico Letta
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El político de centroizquierda Enrico Letta inició consultas con los partidos políticos para lograr una gran coalición y elegir su gabinete. El nuevo primer ministro busca sacar a Italia del estancamiento en el que está envuelto desde las elecciones de febrero. El fin de semana, Letta, vicesecretario del Partido Democrático, informará al presidente Napolitano sobre sus avances para lograr mayorías parlamentarias.
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Enrico Letta, liberal de origen democratacristiano, se reunió con el pequeño partido de izquierda Ecología y Libertad dando inicio a la ronda de conversaciones para obtener apoyos políticos. Este europeísta de 46 años, tendrá la gran responsabilidad de convencer a aquellas agrupaciones que se oponen a formar una coalición con Pueblo de la Libertad, alianza del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Letta, ex ministro de Asuntos Europeos y de Industria durante el gobierno de Romano Prodi, tiene la aprobación de los principales bloques políticos, sin embargo no cuenta con el apoyo del Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, el cómico que se convirtió en la gran novedad de los últimos comicios parlamentarios. El nuevo primer ministro, hombre de confianza de Pier Luigi Bersani - líder hasta hace unos días del Partido Democrático - ha sabido mantener puentes en la interna de la agrupación y con los partidarios de Berlusconi. Este último reclama importantes ministerios y la eliminación de un impuesto inmobiliario, sin embargo Letta ya declaró que no aceptará formar un ejecutivo a cualquier precio.

Giorgio Napolitano fue reelecto la semana pasada como Jefe de Estado de Italia tras la sexta votación en el Parlamento. El ex comunista de 87 años había manifestado su voluntad de no presentarse por cuestiones de salud pero los partidos elevaron una petición ante la imposibilidad de acordar otra figura. Napolitano puso como condición que las agrupaciones alcancen un acuerdo para formar un gobierno duradero y un cambio en la ley electoral que derivó en esta situación de ingobernabilidad. Al igual que ocurre con Letta, el apoyo a Napolitano provino de Bersani, Berlusconi y Mario Monti, ex primer ministro centrista. En cambio el movimiento de Grillo habló de golpe de Estado y convocó a sus seguidores a una marcha por Roma. El presidente reelecto brindó un duro discurso en el Parlamento, criticando la actitud de los partidos en los últimos meses y exigiendo convergencias para garantizar mayorías en ambas cámaras. La elección del Jefe de Estado derivó en la renuncia de Bersani al Partido Democrático, debido a las divisiones internas que imposibilitaron el voto en bloque a los candidatos propuestos Franco Marini y Romano Prodi.  

Un cambio generacional para dar vuelta la página

Hace tres meses atrás la izquierda italiana venía viento en popa preparándose para unos comicios en los cuales se apoderaría del gobierno. Las elecciones de febrero si bien dieron el triunfo al Partido Democrático de Bersani en la Cámara Baja, los premios de mayorías de la ley electoral otorgaron a la derecha de Berlusconi la capacidad de bloqueo en la Cámara Alta. El tercer bloque que surgió de los comicios es el grupo anticonstitucional de Grillo, relegando a Elección Civica de Monti al cuarto lugar. El Parlamento quedó incapacitado para lograr acuerdos y el país paralizado políticamente. Italia ya venía de una crisis política en noviembre de 2011 cuando Napolitano forzó la dimisión de Berlusconi y designó un ejecutivo tecnócrata liderado por Monti. A partir de allí transcurrieron alrededor de 15 meses en el cual se implementaron medidas de austeridad para frenar la crisis económica y paliar la recesión. Sin embargo la ingobernabilidad en Italia no es algo nuevo, la nación se enfrenta a este tipo de fluctuaciones políticas desde la caída de la predominancia democristiana en los años ochenta.

La elección de Enrico Letta supone un cambio generacional en la política italiana. Las elecciones de febrero derivaron en un período de inestabilidad en el cual ningún candidato generó consenso, un país sin gobierno y la imposibilidad de encontrar un sucesor a la presidencia de Napolitano. La reelección de este último abre la posibilidad de un pacto izquierda - derecha para pasar de página. El Partido Democrático, el más votado en los comicios, ingresó en una guerra interna con apoyos y rechazos a sus candidatos y con un fracaso para lograr acuerdos tanto con Grillo como con Berlusconi. La tercera potencia de la eurozona posee un sistema político averiado que preocupa a Europa, ante la necesidad de un gobierno firme para llevar adelante las reformas necesarias. Una gran coalición esta condicionada al apoyo de Berlusconi, que exige la aprobación de proyectos de ley que incluyen cambios en la justicia. Letta deberá formar un gabinete y un programa para llevar adelante su gobierno. El principal desafío es la falta de trabajo y devolver la credibilidad a la política, cambiando la ley electoral que tanto problema ha causado. Estos días serán claves en Italia para destrabar la crisis política en la cual esta inmersa. 

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