Giorgio Napolitano fue reelecto como presidente y encargó formar gobierno a Enrico Letta
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El político de centroizquierda Enrico Letta inició consultas con los
partidos políticos para lograr una gran coalición y elegir su gabinete. El
nuevo primer ministro busca sacar a Italia del estancamiento en el que está envuelto desde las elecciones de febrero. El fin de semana, Letta,
vicesecretario del Partido Democrático, informará al presidente Napolitano
sobre sus avances para lograr mayorías parlamentarias.
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Enrico Letta, liberal de origen
democratacristiano, se reunió con el pequeño partido de izquierda Ecología y Libertad dando inicio a la
ronda de conversaciones para obtener apoyos políticos. Este europeísta de 46
años, tendrá la gran responsabilidad de convencer a aquellas agrupaciones que se
oponen a formar una coalición con Pueblo
de la Libertad, alianza del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Letta, ex ministro de Asuntos Europeos y de
Industria durante el gobierno de Romano
Prodi, tiene la aprobación de los principales bloques políticos, sin
embargo no cuenta con el apoyo del Movimiento
Cinco Estrellas de Beppe Grillo,
el cómico que se convirtió en la gran novedad de los últimos comicios
parlamentarios. El nuevo primer ministro, hombre de confianza de Pier Luigi Bersani - líder hasta hace
unos días del Partido Democrático - ha
sabido mantener puentes en la interna de la agrupación y con los partidarios de
Berlusconi. Este último reclama importantes ministerios y la eliminación de un
impuesto inmobiliario, sin embargo Letta ya declaró que no aceptará formar un
ejecutivo a cualquier precio.
Giorgio
Napolitano fue reelecto la
semana pasada como Jefe de Estado de Italia tras la sexta votación en el
Parlamento. El ex comunista de 87 años había manifestado su voluntad de no
presentarse por cuestiones de salud pero los partidos elevaron una petición
ante la imposibilidad de acordar otra figura. Napolitano puso como condición
que las agrupaciones alcancen un acuerdo para formar un gobierno duradero y un
cambio en la ley electoral que derivó en esta situación de ingobernabilidad. Al
igual que ocurre con Letta, el apoyo a Napolitano provino de Bersani,
Berlusconi y Mario Monti, ex primer
ministro centrista. En cambio el movimiento de Grillo habló de golpe de Estado
y convocó a sus seguidores a una marcha por Roma. El presidente reelecto brindó
un duro discurso en el Parlamento, criticando la actitud de los partidos en los
últimos meses y exigiendo convergencias para garantizar mayorías en ambas
cámaras. La elección del Jefe de Estado derivó en la renuncia de Bersani al
Partido Democrático, debido a las divisiones internas que imposibilitaron el
voto en bloque a los candidatos propuestos Franco Marini y Romano Prodi.
Un cambio generacional para dar vuelta la página
Hace tres meses atrás la izquierda italiana venía viento en popa
preparándose para unos comicios en los cuales se apoderaría del gobierno. Las
elecciones de febrero si bien dieron el triunfo al Partido Democrático de
Bersani en la Cámara Baja, los
premios de mayorías de la ley electoral otorgaron a la derecha de Berlusconi la
capacidad de bloqueo en la Cámara Alta.
El tercer bloque que surgió de los comicios es el grupo anticonstitucional de
Grillo, relegando a Elección Civica de
Monti al cuarto lugar. El Parlamento quedó incapacitado para lograr acuerdos y
el país paralizado políticamente. Italia ya venía de una crisis política en
noviembre de 2011 cuando Napolitano
forzó la dimisión de Berlusconi y designó un ejecutivo tecnócrata liderado por
Monti. A partir de allí transcurrieron alrededor de 15 meses en el cual se
implementaron medidas de austeridad para frenar la crisis económica y paliar la
recesión. Sin embargo la ingobernabilidad en Italia no es algo nuevo, la nación
se enfrenta a este tipo de fluctuaciones políticas desde la caída de la
predominancia democristiana en los años ochenta.
La elección de
Enrico Letta supone un cambio generacional en la política italiana. Las
elecciones de febrero derivaron en un período de inestabilidad en el cual
ningún candidato generó consenso, un país sin gobierno y la imposibilidad de
encontrar un sucesor a la presidencia de Napolitano. La reelección de este
último abre la posibilidad de un pacto izquierda - derecha para pasar de
página. El Partido Democrático, el más votado en los comicios, ingresó en una
guerra interna con apoyos y rechazos a sus candidatos y con un fracaso para
lograr acuerdos tanto con Grillo como con Berlusconi. La tercera potencia de la
eurozona posee un sistema político averiado que preocupa a Europa, ante la
necesidad de un gobierno firme para llevar adelante las reformas necesarias. Una
gran coalición esta condicionada al apoyo de Berlusconi, que exige la
aprobación de proyectos de ley que incluyen cambios en la justicia. Letta
deberá formar un gabinete y un programa para llevar adelante su gobierno. El
principal desafío es la falta de trabajo y devolver la credibilidad a la
política, cambiando la ley electoral que tanto problema ha causado. Estos días
serán claves en Italia para destrabar la crisis política en la cual esta
inmersa.
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