Pedro Passos Coelho enfrenta duras críticas debido al manejo económico del país
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El intento del Partido Socialista (PS) de derribar al ejecutivo luso chocó con la
cómoda mayoría absoluta que tiene la coalición gubernamental en el Parlamento.
De esta manera, el líder conservador Passos Coelho salvó una nueva moción de
censura contra su gobierno, la cuarta en dos años que lleva en el poder. Los
130 votos en contra dejaron el intento de la oposición sin consecuencias
prácticas. Portugal vive una semana clave debido a la futura decisión del Tribunal Constitucional con respecto al
presupuesto del 2013.
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El tema primordial en el Parlamento
fue la crisis, sus efectos y la manera de solucionarla. La oposición logró 90
adhesiones a favor de la moción, recogiendo los votos del Partido Socialista, Bloque de Izquierda, Los Verdes
y el Partido Comunista. El secretario general del PS, Antonio José Seguro,
criticó las previsiones erradas del gobierno y las políticas de austeridad. Además,
el Partido Comunista acusó al gobierno de estar destruyendo al país en base a
recortes y subida de impuestos. Passos Coelho, que aprobó el año pasado una
reforma laboral que facilita el despido, se mostró firme en aplicar las medidas
reclamadas por los organismos internacionales para lograr que Portugal vuelva a
financiarse en el mercado. Aseguró que hay que asumir compromisos adquiridos y
que sin ingresos no hay autonomía. El mandatario contó con el apoyo de su
coalición que acusó a los socialistas de no presentar alternativas al gobierno
y poner sus propios intereses partidistas por delante.
Este miércoles en el Parlamento se pudo observar el quiebre del
consenso entre los dos partidos con respecto al rescate financiero. El cruce de
acusaciones entre gobierno y oposición contó con referencias al pasado,
principalmente la alocución de Passos Coelho en relación a la herencia maligna
del ex primer ministro socialista José
Socrates. Estas discusiones tiran abajo la fortaleza que suponía un acuerdo
entre las fuerzas parlamentarias con respecto a la crisis. Las divergencias
también se encuentran en la decisión que esta por determinar el Tribunal Constitucional sobre el
presupuesto del 2013, el más restrictivo de la historia reciente. El poder
jurídico tiene el dictamen pendiente desde el año pasado y ha sido presionado
indirectamente por el Ejecutivo. El presupuesto, aprobado solo con los votos
del gobierno, fue puesto en tela de juicio por el presidente Aníbal Cavaco Silva, el cual es del
mismo partido que Passos Coelho.
Problemas políticos, económicos, legales y sociales para Passos
Coelho
Luego de la dictadura de Salazar
(1932 - 1968), liquidada por la Revolución de los Claveles, se instauró
en Portugal la Tercera República en 1974. A partir de allí se suscitaron tres décadas de
democracia en la cual se turnaron en el poder el Partido Social
Demócrata de centro derecha y el Partido
Socialista. Durante ese período, el
país ibérico ingresó a la Comunidad Europea y posteriormente a la zona euro. El
gobierno de José Socrates pidió un rescate financiero en mayo del 2011 al Fondo
Monetario Internacional y la Unión Europea tras no poder asumir la deuda. El
préstamo de 78.000 millones de Euros fue a cambio de un severo programa de
ajustes y reformas que incluyen la privatización de grandes empresas estatales,
entre las que se destacan la compañía aérea TAP, la empresa eléctrica EDP y los
astilleros de Viana do Castelo. En 2012 Passos Coeho, sucesor de Socrates, presentó
un presupuesto, rechazado por el Tribunal Constitucional.
Este año se vuelve
a repetir la historia con respecto a las trabas legales que tiene el gobierno
para aprobar el presupuesto de la nación. Las medidas aprobadas por el gobierno
se traducen en una disminución de la renta de los ciudadanos a través del
aumento de impuestos y la reducción de prestaciones sociales. Portugal, azotada
por un desempleo de 17%, debe concluir este año con un déficit público de 4.5%
para cumplir las exigencias de entidades prestatarias de rescate. Si el
Tribunal Constitucional obliga a Passos Coelho a suspender las medidas, el
mandatario deberá responder a la troika como se ajustará a los objetivos
planteados. En ese caso el gobierno tiene poco margen de maniobra, ya que al no
aprobarse los impuestos dejaría de recibir millones de euros. Passos Coelho
superó la moción de censura pero tiene que afrontar varios problemas: la
legalidad de su presupuesto, los controles de la Unión Europea y las protestas
callejeras en contra de sus medidas de gobierno.
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