viernes, 26 de abril de 2013

Violenta campaña electoral en Filipinas

Candidato provincial sufrió un ataque en el sur del país
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Trece personas murieron y ocho resultaron heridas tras una emboscada contra una caravana electoral en la provincia de Lanao del Norte, al sur de Filipinas. El alcalde de Nunungan, Abdul Malik Manamparan, aliado de la coalición gobernante del presidente Benigno Aquino III, fue atacado por desconocidos fuertemente armados. El 13 de mayo se realizarán elecciones en el país para elegir doce senadores, 289 miembros de la Cámara Baja y 17.000 cargos locales.
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El episodio registrado el jueves en la isla de Mindanao se registró cuando 15 hombres cortaron el paso de una comitiva que regresaba de un acto electoral. Los insurgentes mataron a la hija del alcalde Manamparan, quien apoya a su hijo tras no poder presentarse a los comicios. La Policía sospecha que el ataque fue planeado por un clan rival. El gobierno filipino condenó la violencia electoral de cara a los comicios de las próximas semanas y realizó un llamamiento a los políticos y partidarios a evitar conductas violentas. La administración central desplegó efectivos militares en la zona para prevenir una escalada de fanatismo político. Se estima que desde febrero, cuando se inició la campaña para las elecciones legislativas y regionales, murieron más de 60 personas y se produjeron más de 70 incidentes violentos. El crimen perpetuado contra esta caravana electoral recuerda los acontecimientos similares que se produjeron en los últimos años.

La peor matanza en la región fue en 2009 cuando 58 personas del clan Mangudadatu fueron asesinadas por la familia Ampatuan. Los poderosos clanes familiares poseen y contratan decenas de ejércitos privados, los cuales intentan ser frenados por el ejército nacional. Las rivalidades políticas o con respecto a la propiedad de la tierra son comunes en estas provincias de mayoría musulmana. El sur de Filipinas fue siempre característico por la lucha de las tropas gubernamentales contra los rebeldes musulmanes del Frente Moro de Liberación Islámica. Creado en 1984 esta organización separatista buscaba un Estado islámico independiente en el sur. En los últimos años también se dio el surgimiento de otros grupos radicales como Yemma Islamiya. En octubre del 2010 el presidente Benigno Aquino III firmó un acuerdo de paz histórico con el líder rebelde Ebrahim Murad. Los insurgentes, estimados en 12.000, se comprometieron a abandonar las armas a cambio del establecimiento de una región autónoma.   

El sur es la piedra en el zapato de la nación

El actual presidente de Filipinas Benigno Aquino asumió la jefatura de Estado representando al Partido Liberal y tras ganar las elecciones con un 42% de las preferencias. Aquino es hijo de la ex mandataria Corazón Aquino, quien lideró una revolución pacífica de 1986 a 1992, siendo una de las artífices de la caída de la dictadura de Ferdinand Marcos en 1983. Filipinas fue colonia española hasta 1898 cuando el territorio fue cedido a Estados Unidos, el cual le otorgó la independencia en 1946. Dos décadas después asumió el gobierno Marcos, aliado de los norteamericanos, que fue reelecto sucesivamente hasta que un amplio movimiento de protesta lo derrocó. En la década del noventa y con una nueva constitución, el presidente Fidel Ramos intentó acordar con los movimientos musulmanes del sur que surgieron durante el gobierno de Marcos. Sin embargo el fin de cuatro décadas de conflicto étnico, religioso y tribal llegó en los últimos años.

Filipinas es un país compuesto por más de 7000 islas con una población de 88 millones de personas, en su mayoría de religión católica. Los musulmanes de la región de Mindanao han luchado siempre por la autonomía, ya que la consideran su tierra natal desde antes que lleguen los españoles en el siglo XVI. La zona esta sumida en una pobreza profunda con la proliferación de armas ilegales, clanes políticos y señores de la guerra. Ello conlleva a un grave problema para el país. Esta nación, calificada como uno de los tigres asiáticos, posee fuertes capitales extranjeros provenientes de Estados Unidos y Japón. El potencial de su economía llama la atención de los inversionistas por el poco riesgo inflacionario, un alto crecimiento y los beneficios empresariales. Sin embargo hoy Filipinas afronta conflictos políticos en el sur del país. La cercanía de las próximas elecciones deriva en enfrentamientos entre candidatos locales y provinciales que solucionan a tiros sus disputas políticas. Sin lugar a dudas es un aspecto a mejorar en un país que apunta a la democracia y que se perfila como una potencia regional. 

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