martes, 23 de abril de 2013

Tensión en el Mar de China Meridional

Aumentan las diferencias entre Japón y China por las Islas Senkaku/Diaoyu
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El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, advirtió a su vecino que responderá en caso que se realice un intento por tomar a la fuerza las islas en disputa. El llamado de atención se produce luego de que ocho buques chinos navegaran cercanos al archipiélago que ambos reclaman, hecho calificado como una intrusión por Japón. Esta es la primera vez que el mandatario hace referencia al conflicto desde su asunción en diciembre. 
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Las incursiones chinas en las islas son frecuentes pero a diferencia de otras, en esta ocasión se dio la entrada del mayor número de barcos intentando evitar la llegada de buques con activistas nacionalistas japoneses. Ante esta situación el Ministerio de Exteriores de Japón convocó al embajador chino para elevar su protesta formal. El evento coincide con la visita de 168 parlamentarios japoneses al santuario Yasukuni en Tokio, símbolo del militarismo nipón. El lugar honra a 2.5 millones de soldados que murieron defendiendo al país, así como a varios líderes condenados como criminales de guerra. La ida al lugar enfada a los vecinos y genera críticas. China alega que Japón niega el pasado de agresiones mientras que Corea del Sur también considera que Yasukuni glorifica la guerra. Cabe recordar que la relación de Japón con sus vecinos está marcada por la colonización de Corea de 1910 a 1945 y la ocupación de parte de China desde 1930 a 1945.

Las Islas Senkuku/Diaoyu son controladas actualmente por Japón. Tokio considera que China empezó a mostrar interés en la zona durante la década del setenta, tras el descubrimiento de yacimientos petroleros. Desde Beijing se fundamenta que la isla debía ser devuelta por el Tratado de San Francisco en 1951, un acuerdo en el cual Japón devolvió Taiwán. Los taiwaneses, que la denominan Diaoyutai, también reclaman la soberanía del archipiélago ubicado a 200 kilómetros de sus costas. Sin embargo el entendimiento entre Japón y Taiwán avanzó a comienzos de este mes cuando firmaron un acuerdo que permite a los pescadores taiwaneses llegar a la zona. En cambio las relaciones sino-japonesas son más complicadas, con constantes demostraciones de fuerza e incluso el envío de aviones a la región. Los gobiernos provinciales costeros de China incitan a sus empresarios a adentrarse en zonas de conflicto. Este conjunto de ocho islotes volcánicos despoblados se ubica en una posición estratégica debido a su proximidad con las rutas comerciales. Además posee grandes recursos pesqueros y forma parte del Mar de China Meridional, rico en hidrocarburos. 

Uno de los puntos geopolíticos del futuro

Si bien los incidentes en las islas son esporádicos, en el último tiempo han sido características las llegadas de activistas de ambos países. El año pasado un grupo de ciudadanos que llegaron navegando de Hong Kong fueron detenidos por las autoridades japonesas. En setiembre de 2012 la tensión creció ya que Japón adquirió y nacionalizó tres islotes que eran propiedad de un privado. El evento daño en cierta medida las relaciones económicas entre chinos y japoneses. China ha disputado control de islas con Vietnam, Malasia, Brunei y Filipinas. Con este último se produjo un altercado tras la amenaza de los filipinos con disparar a los pesqueros, derivando en el freno a las importaciones de frutas provenientes de Filipinas. El Mar de China Meridional es uno de los epicentros del desafío chino a la hegemonía norteamericana en Asia. Las últimas demostraciones de fuerza difieren con la época de Deng Xiaoping en donde Beijing buscaba relaciones amistosas con los vecinos.

Si bien Japón y China están lejos de enfrentarse, el conflicto provoca que las relaciones entre ambos se deterioren. Los intereses japoneses en las tierras de Mao se enredan por las manifestaciones antijaponesas y los ataques a las empresas de bandera nipona, como la ocurrida hacia Panasonic. La voluntad de China de reivindicar fuertemente esos territorios en disputa se relaciona claramente con marcar una zona de influencia y el denominado renacimiento de la nación, tal como lo expresó el nuevo mandatario Xi Jinping. Más allá de las riquezas de petróleo, el territorio en disputa es importante geopolíticamente para delimitar las pertenencias de una u otra potencia. Para ello Estados Unidos instó a formar un sistema de reglas para definir los reclamos territoriales. Los norteamericanos poseen un tratado de defensa mutua con Japón y lo acompañaron en las maniobras militares para demostrar poder ante sus vecinos. Este altercado marítimo debe ser entendido en términos de ganar espacios en la región a futuro que un posible escenario de guerra.  

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