jueves, 28 de julio de 2011

La necesidad de acercarse al mundo


En términos geográficos Nueva Zelanda es uno de los países más aislados del mundo, seguramente esta sea una de las causas de una política de inserción internacional ejemplar. Ubicada a unos 2.000 kilómetros de su vecino más cercano, la ex colonia británica comprendió los cambios que trajo la globalización y realizó una apertura económica que le permitió adaptarse a los flujos comerciales.

Una caminata por Auckland,  ciudad más poblada y capital económica del país, muestra a las claras que la estrategia de inserción internacional se complementa con la visión de un país globalizado. Nueva Zelanda es uno de los países de la OCDE con mayor población nacida en el extranjero. Los inmigrantes, provenientes principalmente desde Asia, han ido aumentando con el correr de los años, convirtiendo a Auckland en una ciudad cosmopolita a pesar de tener tan sólo 1.2 millones de habitantes.

Cuando se analiza la economía neozelandesa existen dos grandes aspectos a considerar: un mercado doméstico pequeño y la distancia que lo separa de los grandes centros económicos. El aumento de los costos de transporte por la lejanía tiende a reducir el comercio por la existencia de lo que se denomina un “impuesto de distancia”. Sin embargo, en los últimos tiempos la economía se ha visto beneficiada por el aumento de los intercambios con China y otros mercados emergentes asiáticos, principalmente por la demanda de alimentos y productos lácteos.

Para un país pequeño y aislado es fundamental la promoción de políticas de libre comercio. En el caso de Nueva Zelanda esto se ve reforzado ya que las exportaciones de bienes y servicios corresponden a un 30% de su PBI. Desde 1983 asumieron gobiernos que se comprometieron con la reestructuración económica. Proyectos que se denominaron Rogernomics y Ruthanasia  posibilitaron una economía abierta, flexible y dinámica. Las reformas de los ochenta y noventa permitieron también la eliminación de las barreras comerciales, abriendo la economía al capital extranjero y al comercio internacional, con la posterior firma de diversos Tratados de Libre Comercio (TLC).

El primer acuerdo de China con un país desarrollado se firmó con Nueva Zelanda en abril del 2008 luego de una negociación de tres años. A través del mismo, el 96% de las exportaciones neozelandesas se aseguraron la entrada a un mercado de 1.500 millones de personas. El TLC con China también se complementa con un acuerdo de asociación económica con Hong Kong. Las negociaciones con el gigante asiático fueron pensadas en términos estratégicos, con motivo de participar del proceso de integración de Asia oriental. En este sentido ya se había firmado en 2005 un acuerdo estratégico traspacífico con Chile, Brunei y Singapur.

Nueva Zelanda junto a Australia firmaron en febrero de 2009 el Tratado de Libre Comercio con la ASEAN, Asociación del Sudeste Asiático de Naciones que componen diez países (Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Myanmar, Camboya, Laos y Vietnam). El tratado que incluye secciones sobre inversión y propiedad intelectual entró en vigor a comienzos de 2010. Este hecho supone un gran beneficio para las empresas exportadoras que accedieron a un mercado de 600 millones de personas. El 99% de los productos neozelandeses ingresan a Indonesia, Malasia, Filipinas y Vietnam libres de impuestos.

Con la visita del primer ministro neozelandés, John Key, a India, ambas naciones se acercan a un Tratado de Libre Comercio. Se han completado, hasta el momento, cinco rondas de negociaciones que permitirían para comienzos del 2012 la firma del acuerdo. No caben dudas que Nueva Zelanda sigue apostando al continente asiático, años atrás se iniciaron reuniones con Rusia y Corea del Sur para lograr la mayor cantidad de acuerdos bilaterales posibles.

La inserción internacional es un aspecto clave para las estrategias de desarrollo; mas allá que es fundamental para una economía pequeña, es un determinante para la tasa de crecimiento a largo plazo. Con sus políticas de apertura, este país de menos de 4 millones de habitantes se ubica en el cuarto lugar a nivel mundial en el Índice de libertad económica generado por The Wall Street Journal. A través de las reformas realizadas en los años noventa y la firma de Tratados de Libre Comercio con diversos países, Nueva Zelanda ha reducido las distancias con sus principales socios comerciales.

En el contexto de la crisis mundial, los dirigentes neozelandeses han entendido la importancia de un sector del mundo que progresa a niveles significativos. Los tratados con China y con la ASEAN han sido fundamentales para su estrategia de inserción internacional. Con una combinación de negociaciones bilaterales y asociaciones estratégicas Nueva Zelanda, a pesar de su tamaño y lejanía, se acerca a los mercados asiáticos, asegurándose un futuro considerable.

jueves, 14 de julio de 2011

Las múltiples candidaturas parecen beneficiar al kirchnerismo

El 25 de junio pasado venció el plazo de inscripción electoral para presentar candidaturas en la República Argentina. La reforma del 2010 impone que las ocho fórmulas presidenciales se sometan a elecciones primarias obligatorias el próximo 14 de agosto. Si bien el objetivo de los comicios es elegir un candidato por partido, en esta oportunidad no habrá competencia. La contienda brindará, igualmente, un panorama de los posibles futuros resultados, siendo Cristina Fernández de Kirchner la principal favorita para ganar las elecciones.

El 23 de octubre de este año, además de presidente de la Nación, se votarán cargos en el Congreso. El Senado renueva un tercio de la cámara, eligiéndose tres senadores por cada una de las siguientes ocho provincias: Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz. La Cámara de Diputados renueva la mitad de sus bancas. Finalmente también, ese mismo día, diez provincias decidirán sus gobernadores y legisladores locales (entre ellas, las importantes de Buenos Aires y Mendoza).

Luego de meses de incertidumbre, Cristina Fernández confirmó en la Casa Rosada su aspiración a ser reelecta. La representante del Frente para la Victoria, coalición creada por su difunto esposo Néstor Kirchner, eligió al economista Amado Boudou como compañero de fórmula. El nombramiento del ministro de Economía y Finanzas Públicas, figura no exenta de polémica al tener más de una causa abierta judicialmente, supone una señal de continuidad económica.

La mandataria, que ha tenido un repunte de 7% en el Índice de Confianza en el Gobierno que elabora la Universidad Torcuato di Tella, alcanzó en mayo el pico máximo de imagen positiva desde que lidera el gobierno. Al parecer el escándalo del caso Schoklender no ha afectado la administración, quien ha aprovechado la organización de la Copa América de fútbol para el lanzamiento de programas que favorecen el consumo popular, como el plan “LCD para todos”.

Si bien ciertos sectores de la academia retoman el bipartidismo de peronismo - radicalismo, el hecho real es que las fuerzas opositoras se ven disminuidas por la presentación de múltiples candidaturas. Las encuestas de intención de voto no identifican un candidato firme en la oposición que pueda impedir la reelección de Cristina Kirchner.
Ricardo Alfonsín, representante de la Unión Cívica Radical, es el único con alguna chance real de desbancar a la presidenta. El hijo del ex mandatario compartirá la fórmula con el antiguo titular del Banco Central, Javier González Fraga. El radicalismo logró una interesante alianza electoral en la provincia de Buenos Aires con el denominado “peronismo federal” liderado por Francisco de Narváez, quién será candidato a gobernador de la provincia más importante de Argentina.

El ex mandatario Eduardo Duhalde, que finalizó el mandato de Fernando de la Rúa luego de la crisis económica de 2001, oficializó su candidatura con un discurso crítico hacia el kirchnerismo. Presentándose como “ni de derecha ni de izquierda sino de Juan Domingo Perón”, el representante por la Unión Popular será acompañado del líder de la provincia de Chubut, Mario das Neves. El peronismo “disidente” (Compromiso Federal) presentará también al gobernador de la provincia de San Luis Alberto Rodríguez Saá junto a José María Vernet como su vice.

El gobernador de Santa Fe y miembro del Partido Socialista, Hermes Binner, encabezará la fórmula del Frente Amplio Progresista con Norma Morandini. A último momento se produjo la ruptura con Proyecto Sur de Fernando Solanas, movimiento que presenta su propio binomio liderado por la diputada Alcira Argumedo y Jorge Cardelli. La Coalición Cívica propone el binomio Elisa Carrió - Adrián Pérez. La diputada, que alcanzó un 23% en las presidenciales de 2007, buscará nuevamente quebrar con el bipartidismo histórico. Por último, el líder del Partido Obrero Jorge Altamira junto a Christian Castillo serán candidatos por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.

La victoria del oficialismo en las elecciones presidenciales de octubre parece previsible. Las principales consultoras han afirmado incluso la posibilidad de que la contienda se decida en primera vuelta, que es cuando el candidato más votado alcanza el 45% de los votos emitidos, o llega a un 40% y con una diferencia de al menos 10% con respecto al segundo candidato.

Es para evitar este escenario que Ricardo Alfonsín formó esa alianza que le permite hacerse fuerte en la provincia de mayor electorado del país. Rodriguez Saá, Duhalde, Binner y Carrió, por su lado, intentarán individualmente superar al radicalismo con el objetivo de disputar el balotaje. Finalmente, Argumedo y Altamira deberán primero que nada superar la barrera de agosto, del 1.5% de los votos, que los habilite a participar en octubre.

Los meses que restan serán claves. Las elecciones que se realizarán en Córdoba, Santa Fe y Capital Federal no se presentan a favor de los sectores kirchneristas. Sin embargo, en lo nacional, la imagen de la actual presidenta es la que muestra mayor solidez. Al igual que en muchos países de Latinoamérica, la oposición se ha preocupado más por criticar al oficialismo que por generar una alternativa consistente y creíble. De esta manera es previsible, en un contexto de crecimiento económico, que Cristina Fernández pueda alcanzar nuevamente la mayoría del voto de la ciudadanía.