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El
objetivo de esta nueva entrega semanal es analizar la importancia del gobierno
de Margaret Thatcher para el Reino Unido y el mundo. El 8 de abril dejó de
existir una de las figuras más controvertidas del siglo XX. En el informe nos proponemos analizar el
contexto histórico del país en los setenta, la llegada al poder de la Dama de
Hierro, sus políticas económicas y el legado que dejó tanto para Gran Bretaña
como para las naciones occidentales.
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La ex primera ministra
británica Margaret Thatcher falleció a los 87 años tras sufrir un derrame
cerebral. La histórica líder del Partido Conservador asumió el poder en 1979
con un país paralizado por huelgas y una crisis económica. La dirigente de los
Tories renovó sus mandatos en el 83 y el 87 tras el crecimiento de su
popularidad. Reformó los sindicatos despojándolos del poder y apoyó la
privatización de las industrias estatales. Las reducciones de impuestos y el
gasto público fueron característicos hasta 1990, año en el cual dejó el poder.
La Dama de Hierro, apodada así por su talla política, fuerza y determinación,
enfrentó a Argentina en la Guerra de las Malvinas y sobrevivió al atentado del
grupo terrorista irlandés IRA en el que murieron cinco personas. El logro del
thatcherismo fue la implementación de su neoliberalismo cultural, movimiento
que atravesó fronteras y coincidió con el gobierno de Ronald Reagan en Estados
Unidos. Su legado aún se observa en este sistema dominante en el mundo.
El quiebre de una
época
Bajo el reinado de
Isabel II fueron cuatro los primeros ministros conservadores que llevaron
adelante la política británica entre los cincuenta y los sesenta. Sin lugar a
dudas la figura más conocida de esa época fue la de Winston Churchill (1951 –
1955), que gobernó al Reino Unido por segunda vez luego de haber liderado a la
nación durante la Segunda Guerra Mundial. La finalización del conflicto trajo
consigo la caída del imperio británico; las sucesivas administraciones fueron
incapaces de revertir dicha situación. Inmediatamente después del conflicto se
instauró un Estado de bienestar con monopolios públicos y uno de los primeros
servicios de salud pública del mundo. La economía dañada contó con el apoyo del
Plan Marshall y los prestamos canadienses y norteamericanos. La década del
setenta tuvo la alternancia del poder entre laboristas y conservadores,
surgiendo la figura de Harold Wilson, quien fue primer ministro en dos
oportunidades. La lejanía que había mantenido el Reino Unido con el proceso de
unificación europeo finalizó en 1973 con el ingreso en la Comunidad Económica
Europea.
Margaret Thatcher
llegó al poder rompiendo con la tradicional hegemonía de líderes elitistas.
Desde un principio revolucionó por su forma de ser. El enojo de los británicos
con el colapso que había sufrido el país y la ola de huelgas en los servicios
públicos, le dieron la posibilidad a los tories de gobernar con fuerza a su
nación. La personalización del poder en Thatcher a partir de la elección en
1979, no ocurría desde la administración de Churchill. Quizás por eso también
es que ha sido el de Maggie el período más largo de un mandatario en el Reino
Unido. El thatcherismo constituyó una reacción de la población a las políticas
de los laboristas y a la forma que gobernaba el conservadurismo. A Thatcher no
le gustaba el consenso, algo que si apreciaba la élite británica. Su
personalidad, clave durante sus mandatos, generaron las pasiones más
encontradas desde la admiración al rechazo, rencor y odio. Su posición
combativa que tanto la caracterizó también la llevó a perder el poder.
Una nueva política
económica
Las privatizaciones
fueron una de las marcas registradas del gobierno de Thatcher. Los sectores de
energía, agua y telecomunicaciones pasaron a manos de privados durante su
mandato. La privatización que más marcó la economía interna fue la de las
viviendas sociales. Maggie negaba constantemente la presencia del Estado, lo
que derivó en el deterioro de los servicios públicos esenciales como la salud,
la educación y el transporte. La Dama de Hierro pensaba que el Estado era el
problema y no la solución, por ello había que limitarlo a la justicia, la
política monetaria, las infraestructuras y la defensa. El neoliberalismo
considera que las prestaciones públicas gratuitas crean una relación viciada
con el habitante, ya que estos consumen en demasía ese servicio brindado. Las
distintas administraciones de Thatcher estimularon las actividades de los
mercados financieros, centrados en la City of London. El fomento del papel de
la inversión privada dio la oportunidad a las familias de comprar acciones. Con
respecto a los impuestos, durante sus gobiernos se disparó el IVA y el tipo máximo
de impuesto a la renta cayó, basándose en la teoría de que los gravámenes altos
a los ricos conllevan a que éstos no inviertan.
Thatcher puso los
cimientos para la destrucción del Estado de bienestar que se construyó en el
Reino Unido en los cincuenta y sesenta. Los recortes en gastos sociales y
subvenciones a la industria fueron muy característicos del conservadurismo
thatcherista, marcando un retroceso de las conquistas sociales obtenidas.
Durante los ochenta se combatieron y persiguieron a los sindicatos. La
legislatura laboral y el mercado de trabajo pasaron a ser de los más abiertos
del mundo. Para contra restarlo, los
sindicalistas convocaron a una huelga que duró casi un año en 1984, llevando
adelante el conflicto social más importante de la historia reciente del Reino
Unido. El problema principal fue con los mineros. En 1983 el gobierno anunció la
decisión de cerrar 20 minas de carbón, lo que provocó el despido de unos 20.000
empleados. El sistema productivo manufacturero dejaba espacio a la hegemonía
del crédito y las finanzas, aprovechando el envión que posibilitaba las
tecnologías de la información y las telecomunicaciones. La economía crecía sin
una base real de mercancías o infraestructura.
Una política exterior que
marcó la historia
Sin lugar a dudas el
evento más trascendental y por lo que es recordada Thatcher en América Latina es
la Guerra de las Malvinas y su victoria militar en 1982. En abril de aquel año
el gobierno dictatorial argentino invadió el archipiélago y la mandataria envió
una flota al Atlántico Sur para recuperar el territorio que el Reino Unido consideraba
suyo. Es emblemática también la buena relación que estableció con el dictador
chileno Augusto Pinochet, quien le brindó ayuda clave para vencer en el
enfrentamiento. La victoria en Malvinas le posibilitó un histórico triunfo
electoral en una contienda que los conservadores tenían perdida en 1983.
Thatcher le dio una nueva fuerza a la política exterior británica que venía
debilitada. Firmó un acuerdo con China para devolver Hong Kong y estableció una
buena relación con Mijail Gorbachov. Si bien poseía un anticomunismo profundo,
comprendió que él sería la figura que llevaría adelante las políticas para el
desmembramiento de la Unión Soviética. Fue clave para las relaciones entre
Reagan y los comunistas, dándole el empujón final a la Guerra Fría.
Con respecto a Europa,
el thatcherismo dio origen al euro escepticismo y cambió la relación de los
tories con el continente europeo. Si bien durante el referéndum de 1975, cuando
los liberales dudaban, defendió la permanencia en el organismo pero se mostró
reacia a aceptar cesiones de poder. Thatcher logró un trato especial para el Reino
Unido y no se sumó el sistema monetario. En lo que refiere a Irlanda del Norte
desarrolló una guerra sucia contra el Ejército Republicano Irlandés (IRA),
negándose a aceptar sus demandas políticas. Los terroristas respondieron con el
estallido de una bomba durante el congreso anual del Partido Conservador en
1984, en el cual Thatcher salió ilesa pero donde fallecieron y resultaron
heridos dirigentes de los tories. Un año más tarde negoció el Acuerdo
Anglo-Irlandés con la República de Irlanda. El pacto buscó mejorar la
cooperación en materia de seguridad, aceptando alguno de los pedidos de los
católicos de Irlanda del Norte.
Una figura que trascendió fronteras
Nacida en Grantham en
una familia de modestos recursos, Margaret Thatcher fue una figura clave del
siglo XX. Estudió derecho y se graduó como abogada. Se unió al Partido
Conservador y lideró la cartera de educación durante la administración de
Edward Heath. En 1974, los tories perdían las elecciones y ella desafió el
liderazgo del partido. Se convirtió en la primera mandataria mujer tras lograr
el 44% de los votos en 1979, superando por ocho puntos porcentuales al
candidato laborista James Callaghan. Renovó su mandato en 1983 con un 15% de
diferencia con los whigs pero con menos votos que en los primeros comicios.
Para acceder a su tercer mandato en 1987 tuvo que superar al laborista Neil
Kinnock. Los enfrentamientos en su propio partido, principalmente por el tema
europeo y la imposición del impuesto regresivo, derivaron en su salida del
poder. En noviembre de 1990 dimitió en su cargo y la reemplazó John Major. Las
manifestaciones en Trafalgar Square y la revuelta en el Partido Conservador sellaron
su final en la política británica.
Patriotismo y
nacionalismo dominaron su pensamiento político. Margaret Thatcher es
fundamental en la historia mundial por haber instaurado el nuevo capitalismo
post industrial del Siglo XX, caracterizado por un Estado débil y unos poderosos
mercados financieros internacionales. Ese mismo régimen que hoy se encuentra en
crisis. La desregulación del Estado acabó también con la cohesión social,
provocando una polarización del país hasta extremos desconocidos. La revolución
conservadora, que también contó con Ronald Reagan como figura del otro lado del
Atlántico, empujó a la izquierda al centro político. Ambos se propusieron
terminar con el famoso Estado de bienestar y liquidar los contenidos culturales
de Mayo del 68. Los gobiernos de Thatcher fueron una conjunción de intereses
económicos liberales y valores políticos conservadores. Esa revolución llevó a
una hegemonía en el pensamiento a lo largo y ancho del mundo. En el Reino
Unido, la crisis de los noventa del conservadurismo derivó en el triunfo de los
laboristas, Tony Blair (1997-2007) y Gordon Brown (2007-2010). Los tories
volvieron al poder hace tres años de la mano de David Cameron.
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