miércoles, 3 de abril de 2013

Serbia y Kosovo no lograron acuerdo para normalizar las relaciones

El fracaso de las negociaciones complica la adhesión de Serbia a la Unión Europea
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La reunión en Bruselas entre el primer ministro kosovar Hashim Thaci y su homólogo serbio Ivica Dacic no tuvo resultados positivos. La mediación de la comunidad europea estuvo a cargo de Catherine Ashton, Encargada de Política Exterior de la Unión Europea. La clave de la negociación es la zona delicada zona del norte de Kosovo que concentra una población serbia. Kosovo es una antigua provincia serbia que se proclamó independiente en 2008. Su soberanía fue reconocida por un centenar de países entre los que no están ni Rusia ni Serbia. 
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Este martes se dio la octava ronda de negociaciones entre Serbia y Kosovo en las que se pusieron varias propuestas sobre la mesa. Sin acuerdo, los mandatarios regresarán a sus capitales para consultar a sus colegas e informarán a los mediadores su decisión en los próximos días. Ashton dejó la puerta abierta para un acuerdo aclarando que esta es la última negociación en la que la Unión Europea media entre ambos. La mayor presión la tiene Serbia ya que las relaciones de la organización continental con Kosovo han progresado en el último tiempo. El gobierno  de Thaci se encuentra comprometido con las reformas impuestas por la Unión con respecto al Estado de derecho, administración pública, ley electoral y aproximación a las minorías. Si bien cinco estados del continente (España, Chipre, Grecia, Rumania y Eslovaquia) no reconocen la soberanía de Kosovo, ésta ex provincia serbia cuenta con el apoyo de las potencias Alemania y Francia y el compromiso de Estados Unidos con su integridad territorial.

El acuerdo propuesto supone el otorgamiento de mayor autonomía al norte de Kosovo en donde los serbios son mayoría. Serbia exige libertades en cuestión de seguridad pública, policía y justicia, sin embargo los kosovares tienen miedo de que este sea un primer paso hacia la secesión de esta zona conflictiva. La dividida ciudad de Mitroica es escenario de incidentes y de violencia entre las dos comunidades en 1999. Allí se puede observar perfecamente la distancia entre serbokosovares y albanokosovares. Serbia, que rechaza categóricamente la soberanía de Kosovo, ha mostrado una posición más pragmática para lograr acuerdos. Su propuesta consiste en la creación de una Asociación de Municipios Serbios de Kosovo, reagrupando comunidades con mayoría de habitantes serbios. Los kosovares se manifestaron en contra de un eventual acuerdo que brinde autonomía debido a que lo consideran una anexión de facto por parte del gobierno de Belgrado. Thaci acepta ciertas libertades después de las elecciones de alcaldes locales pero sin poderes legislativos ni ejecutivos.

Serbia en una encrucijada: Kosovo o Europa

Serbia integró la Yugoslavia de Tito luego de la Segunda Guerra Mundial. En 1974, liderada por Slobodan Milosevic, revocó el estatus de provincia autónoma que tenía Kosovo y dos décadas después buscó la anexión de las zonas con mayoría serbia expulsando a las restantes etnias. Los líderes albaneses declararon a través de un referéndum en 1991 la independencia de Kosovo, lo cual causó la represión de las autoridades serbias y la creación de un ejército de liberación kosovar. La guerra civil derivó en la participación de la OTAN en 1999, la cual forzó la retirada del gobierno de Belgrado. En 2003 con la mediación europea, los presidentes de Serbia y Montenegro disolvieron la República de Yugoslavia y formalizaron una federación que rompieron en 2006. Dos años después el enclave geoestratégico de Kosovo, prioridad de la OTAN y poblado en su mayoría por albaneses, declaró su independencia quedando bajo la administración de una misión provisional de las Naciones Unidas.    

Las diferencias entre serbios y kosovares con respecto a la normalización de sus relaciones son estrechas pero profundas. Serbia considera a Kosovo como una provincia separatista y busca en los territorios del norte lograr una autonomía que no sea meramente formal, sino que implique la ausencia del ejército kosovar. Con Pristina como capital, Kosovo es una nación con elevadas tasas de pobreza, desempleo, problemas de corrupción y un conflicto étnico sin resolver. Su acercamiento a la Unión Europea es fundamental para su supervivencia. Tanto la organización continental como Estados Unidos han invertido fuertemente en la paz, estabilidad y cooperación regional. Sin acuerdo con Kosovo, Serbia retrasa las posibilidades de ingresar a la Unión Europea de la cual es candidata desde marzo de 2012. Los 27 países integrantes no aceptan debatir la adhesión de Serbia hasta que no haya acuerdo con Kosovo. Belgrado se encuentra en la disyuntiva entre sus aspiraciones nacionalistas y la Unión Europea. 

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