lunes, 22 de abril de 2013

Los colorados vuelven al poder en Paraguay

El magnate y polémico Horacio Cartes será Presidente hasta el 2018
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Tras la jornada electoral del domingo, el Partido Colorado recuperó el poder. Cartes obtuvo el 45.91% de los votos frente a su rival Efraín Alegre del gobernante Partido Liberal. Con una participación de 68% y la presencia de 300 observadores internacionales, los paraguayos eligieron presidente y vice, senadores, diputados, autoridades departamentales y representantes para el parlamento del Mercosur. Los comicios eran de gran importancia para devolverle al país la reputación internacional perdida tras la destitución de Fernando Lugo el año pasado.
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El empresario Horacio Cartes fue uno de los principales artífices de la destitución del anterior mandatario. El también dirigente de fútbol se muestra como la cara distinta de un partido tradicional. Como una nueva figura en la política recompuso una coalición fragmentada y devolvió el poder a los conservadores. Su llegada a la denominada Asociación Nacional Republicana generó ciertas resistencias en la agrupación de derecha. Incluso se necesitó una modificación de los reglamentos para que pueda ser candidato, ya que se exigía una afiliación temporal mínima de cuatro años. Nacido en Asunción, este hombre de negocios comenzó en el rubro financiero para luego producir y comercializar tabaco. Su exitosa carrera como empresario esta manchada con numerosas denuncias sobre actividades ilícitas. Estuvo casi un año en la cárcel en 1989 por un delito de evasión de divisas. En lo que refiere a aspectos personales, se manifestó en contra del aborto y el matrimonio homosexual, a quienes comparó con los monos.

El Partido Colorado además de ganar la presidencia logró una mayoría holgada pero no absoluta en el Senado, obteniendo 19 escaños. De esa manera uno de los partidos políticos más antiguos de Latinoamérica, recuperó el poder del país perdido tras los últimos comicios en 2008. Cartes venció al abogado Efraín Alegre, candidato de la Alianza Paraguay Alegre, integrado por el Partido Liberal Radical Auténtico, Partido Democrático Progresista y que sumó al partido UNACE del ex general Lino Oviedo. La coalición del senador Alegre obtuvo 36% de apoyo, diez puntos porcentuales por debajo del ganador. La izquierda concurrió dividida a las elecciones, Mario Ferreiro, candidato de Avanza País, obtuvo 5.6% mientras que Aníbal Carrillo del Frente Guazú alcanzó un 3.4%. Federico Franco, el actual presidente y quien asumió cuando el Parlamento destituyó al ex obispo Lugo, prometió una transición ordenada y pacífica para el 15 de agosto. De esta manera Paraguay saldrá de la crisis política, que derivó en críticas al sistema democrático y la suspensión del país en el Mercosur y la Unasur.

La región clave para un buen gobierno

La crisis gubernamental en Paraguay se desató tras la condena política, por parte del Senado, al presidente Lugo en junio de 2012. Con 39 de 45 votos en su contra, el izquierdista perdía el juicio en el Parlamento. Sus seguidores expresaron que el proceso, previsto en la Constitución, tenía irregularidades y tildaron el hecho de golpe institucional. El evento que desencadenó la situación fue la Masacre de Curuguaty de seis policías y 11 campesinos en el norte del país, tras la ocupación de una finca. La derecha acusaba a Lugo de tolerar y fomentar las ocupaciones de tierra. El Partido Liberal, con quien gobernaba, le quitó su apoyo y se unió a los colorados. Estos dos partidos históricos de Paraguay se remontan a la guerra de la Triple Alianza y poseen militantes que van desde la izquierda a la extrema derecha. El Partido Colorado que mantuvo la hegemonía desde 1947 a 2008 lo fundó Bernardino Caballero en el siglo XIX uniendo Iglesia, Estado y Fuerzas Armadas. Los rojos gobernaron incluso durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), en donde se intensificó las desigualdades del país a través de la corrupción y el reparto de tierra a sus seguidores. Además ganaron las cuatro elecciones democráticas posteriores a Strossner.

Los comicios de ayer tuvieron poco interés en la población, seguramente por la pobre campaña electoral, carente de propuestas y llena de ataques personales entre los candidatos. Los favoritos eran los liberales, quienes apoyaron el “golpe parlamentario” a Lugo, y los colorados, que apoyaron el autoritarismo durante décadas. La izquierda, minoritaria en Paraguay, no logró atrapar a los votantes. El gobierno de Lugo nunca pudo hacer demasiados cambios como para fortalecer su agrupación. Igualmente sus intentos de derribar los vicios políticos del país no fueron perdonados por la derecha. Horacio Cartes deberá normalizar la situación económica y convencer a los paraguayos que las acusaciones contra él son falsas. El principal desafío es extender la bonanza del sector agropecuario y atraer inversión privada para mejorar las infraestructuras. También deberá enfrentar el eterno problema de la tierra, que tanto marcó estas elecciones. Impulsar la economía será clave para combatir una pobreza que ronda en el 40%. Para ello será clave su relacionamiento con la región. Al ser un país sin salida al mar, el comercio de Paraguay es principalmente a través y con sus vecinos. Con ellos deberá restaurar el trato para poder cumplir sus objetivos. 

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