El presidente de Francia enfrenta una crisis
política tras un año en el gobierno
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La izquierda radical salió a manifestar
a las calles parisinas contra la política del mandatario francés, Francois Hollande. Las agrupaciones
políticas, que hace doce meses le permitieron ganar las elecciones, convocaron
a decenas de miles de personas para protestar contra la corrupción, las medidas
de austeridad impuestas por Europa y
la presencia de las finanzas en la política. Una encuesta revelada en estos
días asegura que el 76% de la población desaprueba el primer año de la nueva
administración.
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El Frente
de Izquierda, liderado por Jean Luc Melenchon, y el Partido Comunista, son los principales críticos del gobierno de
Hollande, aunque también participaron de la manifestación los ecologistas y los
socialistas decepcionados. El secretario nacional de los comunistas, Pierre
Laurent, recriminó a Hollande por haber perdido un año para cambiar la realidad
gala. Criticó no haber empleado una auténtica política de izquierda tras 17
años de gobiernos conservadores. Por su parte, Melenchon subrayó que tras doce
meses las pruebas deben finalizar, exigiendo la soberanía francesa sobre las
instituciones europeas y el Fondo
Monetario Internacional. Además reprendió la reforma laboral impuesta que
facilita el despido. El desempleo se ubica en un número histórico, el punto más
alto desde 1997 con 3.2 millones de personas en paro. El gobierno de Hollande
solicitó un tiempo para llevar adelante sus ideas. Reconoció que el primer año
fue para asentar las bases pero que llegó la hora de la movilización y la
aceleración de los cambios. El tiempo se le acaba por todo el capital político
que perdió.
El líder del Palacio de Elíseo actualmente
posee una aceptación cercana al 27%, muy lejos del respaldo que lo llevó al
poder. El Partido Socialista además
pierde caudal electoral de cara a los comicios municipales y europeos de 2014.
La intención de voto de la ultraderechista y xenófoba, Marine Le Pen, supera al actual mandatario. Hollande puede salvar
su imagen a través de su postura en la Unión
Europea, ya que los socialistas quieren a la organización continental pero
no en las circunstancias actuales. Francia intenta no polemizar con Alemania
pero reconoce que hay desacuerdos, debido a que los galos buscan una unión más
solidara e integrada para salir de la crisis. Francia exige de cierta manera
una Europa más cercana a los pueblos que a los mercados. La diferencia radica
en criterios sobre liderazgo. Francia busca un acuerdo europeo sobre pilares
fundamentales con cambios de los estatutos del Banco Central Europeo y los eurobonos. Además, la filtración de
materiales del Partido Socialista criticando a la derecha alemana y el
thatcherismo británico, dañan las relaciones de amistad.
La necesidad de una presión externa para lograr grandes cambios
La brutal caída de popularidad del
presidente es un hecho inédito. Más allá de la crisis económica hay otros
aspectos que complican la imagen de Hollande. La crisis moral en su gobierno,
por los fondos en el exterior de sus colaboradores, obligó a tomar medidas para
la publicación y control del patrimonio de los cargos electos. Las
manifestaciones de la extrema derecha contra el matrimonio gay abrió otro
frente político para Hollande. La difícil intervención militar en Mali para defender los intereses galos
en el Magreb tampoco fue bien
recibida por algunos sectores. El actual mandatario accedió al poder luego de
superar a Nicolás Sarkozy con 51% de
los votos en el balotaje. En la primera ronda el socialista le había ganado por
tan sólo 1.5% al aspirante a la reelección. El Partido Socialista prometiendo
una política de relanzamiento económico volvió al poder luego de casi dos
décadas de gobiernos conservadores. La última administración de izquierda había
sido la liderada por Francois Mitterrand
de 1981 a
1995.
Hollande planteaba
una realidad distinta durante la campaña electoral, pero el rigor
presupuestario impuesto por Bruselas
redujo su margen de acción. Hoy en día Francia necesita urgentemente un cambio
en Europa hacia el federalismo solidario. Para lograrlo buscará una política
más agresiva y aliados para resistir las ideas alemanas. Las relaciones entre
el gobierno de Hollande y el de la canciller alemana Angela Merkel atraviesan los peores momentos. Es fundamental para
la Unión Europea el debate y la búsqueda de consenso de dos economías que suman
el 50% el PBI europeo. En este sentido, Francia se alía con los países del sur
y los alemanes quedan cada vez más solos. En toda Europa la crisis brindó la
posibilidad para el ascenso del populismo y la oportunidad para la izquierda de
imponer su modelo. En el caso de Francia, al Partido Socialista le quedan
cuatro años en los que deberá demostrar que tiene una alternativa al
neoliberalismo y las políticas de ajuste. Mientras tanto la población demanda
una nueva Constitución y la imposición de la VI República.
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