martes, 7 de mayo de 2013

Histórica hegemonía partidaria

La coalición oficialista que ganó las elecciones en Malasia lleva 56 años en el poder
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El Frente Nacional venció en los comicios generales celebradas el domingo 5 de mayo. El actual primer ministro, Najib Razak, retendrá su cargo al su partido alcanzar 133 de las 222 bancas del Parlamento. Este resultado es el peor de la historia de esta alianza conformada por 13 agrupaciones. La oposición, liderada por el carismático reformista Anwar Ibrahim, ofreció una dura resistencia y acusó al gobierno de fraude electoral.
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Las elecciones tuvieron una participación record de 80% de los votantes registrados. El disgusto en los jóvenes motivó una alta concurrencia a una jornada que transcurrió sin mayores incidentes; el único hecho destacable es el enfrentamiento entre simpatizantes que tuvo como saldo tres personas heridas. Najib Razak, actual primer ministro, renovó por cinco años su cargo ante el rey Abdul Halim Muadzan en el Palacio Instana Negara. Razak, hijo de un antiguo mandatario, era el candidato de una coalición que tiene como principal agrupación a la Organización Nacional para la Unidad Malaya. Este hombre de 59 años, que ya no posee tanto poder dentro de su partido, tendrá un desafío a su liderazgo cuando en octubre se elijan las nuevas autoridades partidarias. El primer ministro apostó durante la campaña a la actual economía sólida, las reformas en torno a las políticas raciales y la inyección de dinero en beneficios sociales. El mandatario, que instó a la reconciliación nacional, buscará seguir adelante con las transformaciones económicas y las estrategias que favorecen a la mayoría étnica malaya.

El apoyo de la clase media al Frente Nacional mermó principalmente en las zonas urbanas. Ese caudal político fue aprovechado por la Alianza Popular (Pakatan Rakyat), que agrupa tres partidos políticos: Acción Democrática, Panislámico de Malasia y Justicialista Popular. Este grupo opositor obtuvo 89 escaños, siete bancas más que en las elecciones de 2008. Su líder Ibrahim acusó a las autoridades de distorsionar el resultado de la elección e hizo un llamado para protestar contra los comicios fraudulentos. Según la oposición hay evidencias de estafa en más de 30 distritos, correspondientes a denuncias de votantes fantasmas, retrasos en la apertura de colegios electorales, fallas en la tinta supuestamente indeleble y disturbios en los centros de votación. Ante esta situación, Ibrahim protestó ante la Comisión Electoral y convocó a una manifestación dentro de dos días en un estadio de la capital, Kuala Lumpur. Cabe destacar que los comicios fueron supervisados por 1.200 observadores regionales y que ciertas Organizaciones No Gubernamentales se negaron a reconocer el resultado hasta que no se investiguen los casos denunciados.

Cierto sector de la comunidad china retira el apoyo al oficialismo

Las elecciones del domingo eran las primeras en la historia del país en las cuales la coalición gobernante tenía posibilidad real de perder el poder. Los analistas consideraban que la jornada era una oportunidad única para que la oposición ofrezca una alternativa al gobierno. El Frente Nacional (Barisan Nasional) lidera Malasia desde la independencia en 1957, siendo de las coaliciones en el poder más longevas en el mundo. Esta agrupación venció en todas las elecciones y aportó los únicos seis mandatarios que tuvo esta nación musulmana de 28 millones de habitantes. Los comicios legislativos se celebraron tras la disolución del Parlamento hace un mes, en medio de una polarización preocupante. Durante la campaña electoral, la coalición gobernante había advertido de un posible caos, en caso de una victoria opositora. Si bien el mercado bursátil reaccionó con una subida al alza, el gobierno deberá trabajar en políticas moderadas para afrontar un panorama difícil ante el distanciamiento entre la población urbana y rural.  

Razak comenzará un nuevo mandato en una posición débil, ya que obtuvo siete escaños menos que en las últimas elecciones y quedó muy lejos de los 2/3 que buscaba el Frente Nacional. Una de las principales razones del fracaso electoral es la deserción de la comunidad china en la coalición oficialista. Una clara demostración es que el principal partido étnico chino dentro del Frente obtuvo menos de la mitad de escaños que en los últimos comicios. La comunidad china apoyó a la oposición por el compromiso en contra de la corrupción y las políticas raciales, que siempre favorecen a la etnia malaya. Es por ello que Razak deberá buscar la reconciliación nacional, enfrentando las futuras manifestaciones, censuradas por la ley,  y convenciendo a la población de un nuevo sistema que controle y reparta el poder. La alternancia en el gobierno es clave para la democracia pero esto no ocurre en un país que, a pesar de ello, logró un salto económico y en desarrollo muy importante. Surge la pregunta de si los logros se hubiesen podido obtener en un ambiente distinto al sistema democrático autoritario que rige en este Tigre Asiático. 

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