martes, 14 de mayo de 2013

Giró a la derecha

La Liga Musulmana ganó las elecciones legislativas en Pakistán
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El partido conservador del ex primer ministro, Nawaz Sharif, logró la mayoría de escaños en los comicios celebrados el sábado en esta nación de 192 millones de habitantes. Los islamistas obtuvieron 123 de los 270 escaños en la Asamblea Nacional y contarán con el apoyo de los independientes para alcanzar los 137 asientos que se necesitan para gobernar en solitario. Las elecciones marcaron el repunte de los partidos islámicos ortodoxos en detrimento del saliente Partido del Pueblo de Pakistán.
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El líder multimillonario Sharif, desplazado del poder en 1999 tras un golpe de Estado orquestado por el general Pervez Musharaf, será primer ministro por tercera vez. Este conservador religioso, que estuvo exiliado durante años, prometió grandes cambios en Pakistán. Su principal objetivo es renovar la economía, manteniendo el equilibro para poder pagar los préstamos brindados por el Fondo Monetario Internacional. Como defensor de la economía de libre mercado, Sharif iniciará una política de privatización y desregulación. El segundo tema que deberá abordar es la seguridad. Para ello tendrá que hacer frente y trabajar en conjunto con sus Fuerzas Armadas, las cuales poseen un poder histórico en la nación. Durante la campaña Sharif sugirió la posibilidad de iniciar negociaciones con los talibanes. Además prometió revisar las relaciones con Estados Unidos, mostrando cierto rechazo a la presencia norteamericana y a los ataques con los drones (aviones no tripulados), por ser una violación a la soberanía de Pakistán. Cabe recordar que el tema está candente tras la incursión de los norteamericanos en Abbotabad para  capturar a Osama Bin Laden.

La Liga Musulmana de Sharif triplicó a los otros tres bloques que comandarán el Parlamento. El Movimiento por la Justicia del populista Indam Khan fue el segundo partido más votado. Este ex jugador de cricket aumentó su popularidad en las últimas semanas, tras el accidente sufrido en un acto de campaña. El candidato se manifestó en Lahore para denunciar irregularidades en el proceso electoral, alegando que fueron introducidas papeletas falsas a favor de Sharif.  Igualmente el postulante, preferido por los jóvenes, aceptó la derrota. En tercer lugar quedó el histórico Partido del Pueblo de Pakistán. Sin una cabeza visible y criticado por casos de corrupción, obtuvo alrededor de 30 escaños. La agrupación proponía como primer ministro a Bizawal Bhutto, quien realizó una campaña a distancia desde Dubai para evitar el mismo destino que su fallecida madre, la ex mandataria asesinada Benazir Bhutto. El cuarto bloque en la Asamblea Nacional es un grupo de 25 diputados independientes, que generalmente respaldan al partido más grande. El Parlamento se completó con la presencia de los partidos pequeños: Movimiento Muttahida Quami y Jamiat Ulema e Islam entre otros.

Economía y seguridad las prioridades

La jornada electoral estuvo marcada por sangrientos atentados en Karachi, capital comercial, y Balochistán, dejando como saldo alrededor de 20 muertos. Durante la campaña electoral los talibanes atacaron a los aspirantes seculares, convirtiendo a este proceso en el más violento desde la independencia. Los intentos de sabotear los comicios incrementaron la violencia política y sectaria en los últimos meses, elevando a más de 100 la cifra de fallecidos. Días antes de las elecciones, los insurgentes detonaron una bomba en un mercado en Bannu, al noroeste de Pakistán. Además un grupo armado secuestró al hijo del ex primer ministro y candidato Yusuf Raza Giuilani. Este último junto a Raja Pervez Ashraf, fueron los gobernantes pakistaníes desde 2008, ambos del Partido del Pueblo de Pakistán. La histórica agrupación de la dinastía Bhutto sufrió un desgaste tras el paso por el poder. Su figura predominante es el actual presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, caracterizado por una mala gestión económica e incapaz de mejorar los servicios públicos del país.

Es la primera vez en la historia de Pakistán que un gobierno sucederá a otro democráticamente. La jornada también será recordada por la elevada participación. A pesar de la violencia y las amenazas de los talibanes, se registró el nivel más alto desde los primeros comicios en 1970, superando en 15 puntos porcentuales la última elección. Los resultados arrojaron tres sorpresas: en primer lugar la Liga Musulmana logró una amplia mayoría, cuando se preveía que iba a necesitar alianzar para formar gobierno; segundo, se esperaba una mejor performance del Movimiento por la Justicia de Khan, aunque con los resultados registrados logró quebrar la tradición bipartidista histórica; y por último, si bien se creía en el desgaste del Partido del Pueblo, nunca se especuló tal desastre en las urnas. Como primer ministro Sharif deberá afrontar la crisis energética que afecta a la producción industrial. Para ello necesita fondos internacionales de organismos con gran influencia norteamericana. Los mismos serán difíciles de conseguir si no hay un compromiso del gobierno para eliminar a los talibanes de Pakistán. La mutua desconfianza entre Washington e Islamabad deberá ser saldada en el corto plazo, debido al peligro que supone para la región la retirada de la OTAN de Afganistán en 2014. 

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