lunes, 13 de mayo de 2013

Con la misma receta

La centroderecha, que dimitió en febrero por protestas callejeras, ganó las elecciones en Bulgaria
---
Los resultados parciales de los comicios parlamentarios del domingo dieron la victoria a la formación conservadora “Ciudadanos para el desarrollo europeo de Bulgaria” (GERB), liderada por el ex primer ministro Boiko Borisov. Este grupo político, que administraba el país balcánico hasta hace tres meses, obtuvo 31% de los votos pero deberá pactar con otras agrupaciones para formar gobierno. Las elecciones estuvieron marcadas por la baja participación y la desconfianza con la élite política. 
---
Luego de conocerse los resultados, los líderes del GERB se pronunciaron ante la población en un tono conciliador, teniendo en cuenta el gran peligro que supone un bloqueo en el Parlamento tras la obtención de 97 de los 240 escaños. El populista Boiko Borisov se convirtió en el vencedor de los comicios, recuperando el apoyo popular con un discurso de estabilidad presupuestaria y la construcción de infraestructura. El número dos de la agrupación, Tsvetan Tsvetanov, aseguró que se formará gobierno, aunque sea uno de minoría. El Partido Socialista (BSP), que presentó como candidato al ex ministro de economía Plamen Oresharski, obtuvo el segundo lugar con un 27% de las preferencias. El líder de esta agrupación histórica, Sergei Stanishev, reconoció que negociará con el resto de los partidos para alcanzar acuerdos y expulsar al GERB del poder de este país de 7.3 millones de habitantes. En el caso que no se logren alianzas, la administración interina comandada por el diplomático Marin Raykov permanecerá en el poder hasta que se organicen nuevas elecciones.    

Para entrar en el Parlamento los partidos debían superar un umbral mínimo de 4%. Además de conservadores y socialistas, lo lograron el Movimiento por los Derechos y Libertades (DPS) de la minoría turca y el utra nacionalista Ataka. Los primeros, que califican al GERB de autoritarios y que gobernaron junto a los izquierdistas de 2005 a 2009,  obtuvieron un 10%. Mientras que los segundos, que acompañaron a los conservadores en 2009 y el domingo alcanzaron un 7% liderado por el xenófobo Volen Siderov, descartaron cualquier alianza con Borisov. Los comicios legislativos, al que se presentaron 63 agrupaciones políticas, estuvieron salpicados por cruces de acusaciones en torno al ex ministro del Interior, Tsvetanov, por escuchas ilegales. La campaña electoral fue de bajo perfil y con pocos afiches en las calles. Sin embargo luego del cierre de los colegios electorales, cientos de personas protestaron en Sofía ante los dirigentes políticos, situación que derivó en la participación de la Policía antidisturbios.  La población protestó por un supuesto fraude electoral, alegando la compra de votos y la intervención de la fiscalía tras la intercepción de 350.000 papeletas fraudulentas.

Un tablero con cuatro partidos políticos

El país más pobre de la Unión Europea atraviesa una fuerte crisis económica y social desde la explosión de la burbuja durante el gobierno de los socialistas en 2008. Las posteriores políticas de austeridad, congelación de salarios y pensiones, derivaron en un gran malestar en la población. El anterior gobierno encabezado por Borisov cayó a comienzos de este año tras las protestas callejeras por la pobreza y la corrupción. En el mes de febrero los detonantes de las manifestaciones fueron los altos precios de la electricidad y el gas, derivando en lo que se denominó la crisis energética. La desesperación en esta nación, que posee un 12% de desempleo, llevó a personas a quemarse vivas, protestando contra la descomposición de las instituciones. La retirada en bloque del Ejecutivo conservador aquietó las aguas y le sirvió de estrategia para evitar el desgaste y volver a ganar las elecciones anticipadas. La oposición socialista, desacreditada por la crisis financiera, no logró captar votos y aprovechar la oportunidad para retornar al poder.

La participación en la jornada electoral fue de 53%, la más baja desde la caída del comunismo. La apatía y la desilusión con la clase política desencadenaron una caída de 7% con respecto a la concurrencia en los comicios del 2009. La votación por pequeños partidos derivó en resultados que pueden conducir a una mayor inestabilidad política. Si bien las urnas le devolvieron el poder al GERB, los conservadores tendrán dificultades para formar una coalición de gobierno. El tablero político búlgaro está dividido en dos  grandes partidos: el GERB conservador y el Partido Socialista. El Parlamento se completa con las otras dos agrupaciones menores: la minoría turca del DPS y los nacionalistas de Ataka. Hasta el recuento definitivo no se sabrá si el Movimiento Bulgaria de los Ciudadanos podrá obtener algún escaño y convertirse en una quinta fuerza. En estas condiciones y ante la negativa de los dos grupos menores para pactar con los conservadores, habrá que ver si los socialistas pueden formar una coalición y retornar al poder. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario