En la quinta votación fue
electo el arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio
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Tras dos días de cónclave en la Capilla
Sixtina, los 115 cardenales optaron por un líder del continente que posee el
40% de los católicos. La votación supone un hecho histórico al ser el primer
Papa jesuita y americano. Bergoglio, bonaerense de 76 años, ejercerá su
pontificado con el nombre de Francisco, en referencia a Francisco de Assis, el
santo de los pobres. El hombre que viene del nuevo mundo se presenta como una
alternativa a los más ortodoxos y tendrá la tarea de regenerar la Iglesia y
hacer limpieza en el Vaticano.
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La votación de los cardenales ha sorprendido a los analistas que
no incluían a Bergoglio como gran candidato, a pesar que en 2005 reunió
suficiente sufragios para malograr la candidatura de Benedicto XVI. La
procedencia de los cardenales que se alojaron en la Casa de Santa Marta fue la
siguiente: 60 europeos, 19 latinoamericanos, 14 de América del Norte, 11
africanos, 10 asiáticos y 1 de Oceanía. Los favoritos eran dos: el italiano
Scola, representante del poder y el dinero, y el brasilero Scherer, preferido
por la curia (organismo del gobierno de la Santa Sede). Las votaciones
necesarias fueron cinco, una más que el último Papa y tres menos que la
votación de Juan Pablo II. La necesidad de un Papa fuerte, que reforme la
curia, que revitalice el papel de la mujer y que dialogue con el Islam eran
aspectos en los que todos los cardenales coincidían. La decisión permite además darle
un viraje a la Iglesia hacia el continente que más fieles tiene y en donde más
desafíos hay.
Jorge Bergoglio, hijo de italianos, es un conservador moderado de
la Compañía de Jesús. Fue provincial de los jesuitas argentinos desde 1973 al
79 cuando comenzó la dictadura militar en ese país. Ante su nombramiento varias
voces se alzaron recriminandole de haber hecho poca oposición a los militares. Se lo conoce
como una persona austera y reservada, utiliza el transporte público y vivía en
un apartamento sencillo. Este hombre que vive con un pulmón desde los 20 años
ha sido crítico de la pobreza y la corrupción. Considera que los Derechos
Humanos no solo se violan por el terrorismo, la represión y los asesinatos sino
por las grandes desigualdades que originan las estructuras económicas injustas.
Ha tenido diversos choques con los Kirchner, principalmente por la ley del
matrimonio gay. En 2009 criticó a los gobernantes argentinos y a la sociedad
por no impedir el aumento de la pobreza, a la que considera inmoral, injusta e
ilegítima.
La inminente renovación de la Iglesia
El 28 de febrero Joseph Ratzinger – Benedicto XVI – renunció a su
cargo en la Iglesia, un hecho que no se produjo en los últimos 500 años. El
Papa alemán alegó falta de fuerzas para continuar en el cargo. En los últimos
tiempos había disminuido sus compromisos públicos, viajes y audiencias por
motivos de salud. La noticia fue sorpresiva principalmente por el momento que
vive la Iglesia. El teólogo fue el primero en reconocer abusos sexuales en el
seno de la Iglesia y en iniciar una persecución tímida. Entre sus logros
reformistas se destaca la adaptación del Banco del Vaticano a las normas
internacionales. Por los acuerdos de Letran en 1929 entre Pio XI y Benito
Mussolini se constituyó el Estado de la Ciudad del Vaticano en Roma. Bergoglio será el octavo Sumo
Pontífice que además será jefe de Estado. Antes de Benedicto
XVI, que asumió en 2005, el líder de la Iglesia durante 26 años fue Juan Pablo
II caracterizado por su lucha constante por la paz.
La elección de un nuevo Papa brinda una oportunidad de esperanza a
una Iglesia golpeada por los escándalos de poder y dinero. Desde la renuncia de
Benedicto XVI se vislumbró la necesidad de un cambio, la Capilla Sixtina requiere una
figura que vuelva a conmover los corazones de los católicos y llame la atención
del mundo, como lo hizo Juan Pablo II. La asunción de Bergoglio potencia a los
movimientos diocesanos y parroquiales al colocar en la Basílica de San Pedro a
un centrista social y conservador doctrinal. La Santa Sede ha sido cuestionada
por la inflexibilidad de ciertos postulados sociales, es por ello que la
revitalización de los hombres que componen el orden eclesiástico se impone como
desafío. En lo que refiere a la nacionalidad del nuevo Pontífice, los cardenales han
puesto a la región latinoamericana en la vidriera del mundo. Las
transformaciones sociales que se vienen dando en el subcontinente quizás
inspiren a Bergoglio para acercar al Vaticano a sus devotos y que su Sante Sede
no se vea como algo tan lejano.
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