domingo, 17 de marzo de 2013

Informe Semanal: el gobierno del Khmer Rouge en Camboya (1975 – 1979)


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El objetivo de esta nueva entrega semanal es investigar el gobierno comunista que fue responsable de más de 1.7 millones de asesinatos en Camboya. El fallecimiento entre semana de Ieng Sary, cofundador del régimen del Khmer Rouge, colocó en la agenda este triste capítulo del sudeste asiático. En el informe nos proponemos analizar la llegada al poder de los rojos, los cuatro años de gobierno, las masacres y el legado en la historia de Camboya.
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Por una insuficiencia cardíaca irreversible falleció en los últimos días Ieng Sary, cuñado de Pol Pot - extinto líder e ideólogo de uno de los regimenes más sangrientos de la historia del siglo XX -. Sary, bajo arresto desde 2006 estaba siendo juzgado por un tribunal mixto internacional, siendo una de las pocas ex autoridades enjuiciadas por los crímenes cometidos en la década del 70. El fallecimiento de este hombre de 87 años frustró las esperanzas de los sobrevivientes de que el ex vice primer ministro y canciller de 1975 a 79, reciba su castigo por la participación en crímenes contra la humanidad. Si bien Sary es la última figura notoria  del régimen que quedaba con vida, los juicios continúan contra colegas del fallecido: Nuon Chea, jefe ideólogo y Khieu Shampan, jefe de estado del Khmer Rouge. Ieng Sary junto a Pol Pot buscaban fundar una sociedad socialista expulsando gente de las ciudades para trabajar en campos rurales. Para lograr su objetivo cometieron todo tipo de atrocidades.

Una guerrilla antioccidental

El régimen creado por Saloth Sar, más conocido como Pol Pot, se fundó en 1951 como Khmer Rouge. Una década más tarde se convirtió en un grupo guerrillero de inspiración maoísta. Realizó ataques terroristas contra el gobierno instalado desde la selva del noreste de Camboya. En primer lugar luchó contra el rey Norodom Sihanouk y luego contra la dictadura militar de Lon Nol. Pol Pot nació en una familia campesina y fue monje budista antes de unirse a las fuerzas de Ho Chi Minh que luchaban contra la dominación francesa y japonesa en indochina. Finalizada la Segunda Guerra Mundial se unió al Partido Comunista de Camboya y fue maestro hasta la década del sesenta. Este sangriento personaje de la historia del país estudió en París con un grupo de personas que terminarían siendo los futuros asesinos.

Tras la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, Camboya obtuvo de Francia el estatuto de autonomía interna en 1946 y se independizó en 1953 bajo el liderazgo del rey Norodom Sihanouk. En la década del sesenta, durante la Guerra de Vietnam, Camboya rompió relaciones con Estados Unidos por los bombardeos a sus territorios y se acercó a China y la Unión Soviética. En octubre de 1970 el rey fue derrocado por un golpe de Estado apoyado por los Estados Unidos y liderado por Lon Nol, su primer ministro, quien abolió la monarquía absoluta y transformó al país en una república. El depuesto Sihanouk acudió a la guerrilla armada maoísta Khmer Rouge y posibilitó que muchos ciudadanos se unieran con su causa, dándole legitimidad al grupo. La lucha armada entre el gobierno y los comunistas se prolongó durante cinco años, cuando en 1975 las fuerzas de los insurgentes lograron tomar Phnom Phen.

Utopía socialista

Luego de su llegada triunfante a la capital, los comunistas crearon la República Democrática de Campuchea. Redactaron una nueva Constitución y fundaron un Estado socialista. Para lograr su utopía abolieron el dinero, la propiedad privada y la religión, incluida la budista, mayoritaria en la población. La expulsión de las multitudes hacia los campos provocó huidas masivas al exterior y un desconcierto en los habitantes de Camboya. Se calcula que en los primeros días de la “revolución”, el gobierno de Pol Pot forzó a dos millones de personas a trasladarse de la ciudad al campo, miles de ellos murieron en las evacuaciones. Su ideología buscaba lograr un “hombre nuevo” a través del trabajo agrícola y la vida en comunidades. Si bien al principio se mostraron al mundo como un grupo con un discurso pacifista, por detrás se imponía una agenda sangrienta.

El Khmer Rouge despreció todo aquello que tuviese relación con occidente o Estados Unidos. Las mujeres fueron obligadas a vestir la misma vestimenta que los hombres, ya sea de color negra o gris. Se prohibieron los cosméticos, las radios, los anteojos y los libros. Las limitaciones a los pobladores de este país abarcaron todas las áreas. A las ya mencionadas le agregamos la imposibilidad de: formar una familia, ejercer una labor intelectual y utilizar la medicina. Todas estas decisiones fueron con la meta de lograr la tan ansiada transformación maoísta y marxista – leninista, en la que no hubiese gente rica ni pobre. Pol Pot quería destruir todas las referencias culturales del país y reeducar a una población supuestamente colaboracionista con el poder norteamericano y las clases pudientes. Los universitarios, aquellos que viajaban al extranjero, así como los que sabían varios idiomas, fueron identificados como enemigos. Todas esas prohibiciones terminaron en el capítulo más negro de la historia de Camboya: el genocidio de casi dos millones de personas. 

Uno de los peores genocidios del Siglo XX

Para explicar las muertes en Camboya solo alcanzaría con decir que uno de cada cuatro habitantes murió en los campos de exterminio de Pol Pot. Se estima que fallecieron 1.7 millones tras los efectos de la malnutrición, el trabajo excesivo y enfermedades mal diagnosticadas. Las malas previsiones de la producción de arroz, realizadas por el régimen, desembocaron en diversas hambrunas, principal causa de mortalidad en dicha época. Aquellos opositores del Khmer Rouge que no pudieron huir hacia Vietnam y Tailandia murieron en la cárcel S 21, antigua escuela de la época colonial francesa   convertida en el principal centro de detención, interrogatorios y tortura. Las minorías étnicas como los Cham (camboyanos musulmanes) y los vietnamitas que habitaban la frontera de Camboya fueron perseguidos, motivando a Vietnam a poner atención en los hechos que ocurrían bajo el liderazgo de Pol Pot.

La pesadilla de la población camboyana finalizó en 1979 cuando uno de sus antiguos aliados, el gobierno de Saigón comenzó a desconfiar de los planes del Khmer Rouge. La amistad que juraron Camboya y Vietnam se empezó a desestabilizar por la disputa de islas fronterizas. La tensión llegó a su punto máximo en 1977 cuando las tropas de Kampuchea ingresaron en territorio vietnamita, ocasionando miles de muertos. El Frente Unido de Salvación Nacional de Kampuchea, que contó con el apoyo de las fuerzas vietnamitas, derrocaron al régimen de Pol Pot, que cayó en enero del 79’. Los partidarios comunistas huyeron hacia la frontera con Tailandia y el país quedó a cargo de un gobierno provisional liderado por Heng Samrin. La invasión vietnamita, los reclamos en las Naciones Unidas y la desorganización del Khmer Rouge derivaron en un país inseguro, destrozado, sin organización administrativa y con una población afectada por las matanzas de sus familiares. 

Cerrar un capítulo negro de la historia

La inestabilidad en el país, debido a los enfrentamientos entre la guerrilla y el nuevo gobierno, duró hasta 1991 cuando se firmó en París un acuerdo de paz entre los comunistas y el gobierno. Se propuso por ambas partes la convocatoria a elecciones libres así como la restauración de la monarquía con Norodom Sihanouk nuevamente como líder de la corona. En 2003 el rey abdicó y el sucesor fue su hijo, Norodom Sihamoní. En la práctica, más allá de la figura del reinado, quien comenzó a tomar las riendas del país fue Hun Sen, líder del Partido Popular de Camboya. Ganó las elecciones legislativas de 1998 y se erigió como primer ministro hasta la actualidad. Con respecto a los hechos del pasado reciente, Hun Sen se manifestó abiertamente contra el enjuiciamiento de antiguos altos cargos, ya que algunos son sus aliados políticos y quienes le permiten continuar en el poder.

Con respecto a los culpables del genocidio las certezas son pocas. Basta con saber que Pol Pot, líder del Khmer Rouge, murió en 1998 sin haber sido juzgado por los crímenes cometidos. Con su fallecimiento el país ingresó en una fase de paz, salpicado por ataques esporádicos de pequeñas guerrillas instaladas en las zonas selváticas de Ratanakiri. La armonía interior aún no se alcanzó, el régimen derivó en problemas psicológicos para gran parte de la población. Las secuelas se palpan en las nuevas generaciones, siendo la violencia y la desconfianza aspectos que se mantienen presentes en la sociedad. Junto a estos problemas, la herencia de la destrucción de los comunistas derivó en corrupción, falta de infraestructura y un sistema impositivo ineficaz, que imposibilita a los camboyanos superar la pobreza.  El genocidio se instaló en la historia reciente de Camboya, siendo un capítulo difícil de cerrar. La muerte de los líderes del Khmer Rouge deja un gusto amargo para la población ante la imposibilidad de juzgarlos. Aceptar ese período negro en la vida de una nación y condenar a los culpables podría cerrar un ciclo, que es imposible de olvidar para los camboyanos.

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