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En el
siguiente artículo investigamos el cambio de poder en la República Popular de
China. Analizaremos la reunión anual del Partido Comunista (PC), el legado del
gobierno saliente, los desafíos para el nuevo presidente Xi Jinping y los
principales temas internacionales que conciernen a este país de 1.300 millones
de habitantes. El trabajo tendrá una referencia histórica y conclusiones sobre
el futuro de la segunda economía del mundo.
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El martes 5 de marzo
se inauguró la sesión anual de la Asamblea
Nacional Popular en China. El mayor organismo del país, que reúne 3.000
delegados en la capital Beijing, deliberará hasta el 17 del mismo mes para
realizar la transición del gobierno. Este órgano que aprueba políticas
decididas previamente por los dirigentes del partido, presentará al mundo los
nuevos gobernantes para los próximos
diez años. La gran reestructuración del gobierno pero sin reformas
políticas profundas es lo que se espera de la reunión en el Gran Salón del
Pueblo. El Partido Comunista, el
cual sigue en pie a través de la censura y la represión, se enfrenta a la
presión creciente de darle a la gente lo que quiere. Hoy en día la clase media
china provista de alimentos, salud y oportunidades laborales acepta el sistema
político imperante. A pesar de esto los mandatarios tratan de oxigenar la vida
política sin poner en riesgo la hegemonía partidaria; ellos tienen claro que
las reformas políticas se hacen inevitables.
Un legado de diez años
El presidente saliente
Hu Jintao llegó al poder en 2002
acompañado del primer ministro Wen
Jiabao. Estos gobernantes impusieron el lema de ascenso y desarrollo
pacífico para China. Los analistas hablan de un balance modesto de los logros e
incluso algunos se animan a hablar de una década pérdida para la potencia
asiática. Sin embargo es claro que Hu sentó las bases de un cambio que podrá
confirmar la emergencia de China en el gran tablero mundial. En este momento se
ubica como la segunda economía del mundo con un modelo basado en la inversión y
las exportaciones; cabe destacar que al asumir, el país se ubicaba en la sexta
posición. Actualmente las ventas al exterior se encuentran golpeadas por la
demanda debido a la crisis mundial. A pesar de los aspectos económicos, el
modelo chino mantiene el riesgo de desmoronarse sino combate la corrupción
imperante, el último caso conocido fue el de Bo Xilai, secretario del Partido
Comunista en Chongoing.
Son muchos los
aspectos que se pueden analizar en un gobierno de diez años. El trabajo de Wen
Jiabao en lo económico posicionó a China como una potencia global emergente y
le permitió una enorme fortuna al país, riqueza que no fue bien distribuida.
Imponer en la agenda aspectos sociales y un desarrollo orientado hacia lo
ambiental queda como un legado de Hu Jintao. El analista Xulio Ríos reconoce
que el mandatario le puso fin a la modestia china. En materia de conflictos el
presidente mostró su mano dura y su autoritarismo en el Tíbet en 2008, en
Xinjiang un año después y lanzó el primer portaaviones al mar, proyectando el
poder militar más allá de las fronteras. La poca tolerancia con la oposición
política así como la opresión a los medios afirman el control impuesto desde
hace décadas por el Partido Comunista.
Xi Jinping toma el poder
Electos en el 18° Congreso del Partido Comunista, la
nueva generación de gobernantes asumió en noviembre la Secretaría del PC. El futuro
líder Xi Jinping es un ingeniero químico
e hijo de un famoso general revolucionario. Forma parte de la generación de
príncipes al haber sido sus antepasados dirigentes de China. El nuevo mandatario
trabajó en el Ministerio de Defensa y ha tenido diversos contactos con el
ejército. Junto a su primer ministro, Li
Keqiang, gobernarán hasta 2023. En China, el presidente se ocupa de los
aspectos que conciernen a la dirigencia del partido, la diplomacia y el
establecimiento de las bases de las políticas estructurales. Mientras que el
jefe de gobierno se centra en los temas económicos. En este período de gobierno
la potencia asiática tendrá el reto de abrir el espectro hacia nuevas ideas que
permitan darle legitimidad a la política y brindar un mayor grado de
participación.
Los desafíos del
gobierno se centrarán en el combate a la corrupción, la contaminación y el
retroceso económico. La economía es la mayor preocupación ya que deberán
expandir el consumo doméstico, mejorar la calidad de vida, corregir el precario
sistema de seguridad social y reducir la brecha entre ricos y pobres. El
trabajo de Li Keqiang será llevar al país a la meta de crecimiento propuesta de
7,5 %. Para el nuevo presupuesto se prevé el crecimiento de las Fuerzas Armadas
con un aumento de diez puntos porcentuales, ubicándose como el segundo país que
más gasta en Defensa, solo por debajo de Estados Unidos. El incremento en el rubro
apunta, según dicen, a la condición de vida de oficiales y soldados. El investigador Mike Chinoy ve en Xi Jinping
un producto desconocido que ascendió a la cima del sistema siendo muy cuidadoso
de revelar sus ideas políticas. En este sentido se prevé que en la China del
nuevo siglo el gobierno sea una dirección colegiada (nueve integrantes
permanentes del Comité Permanente del Politburó) tutelada por Xi.
Principales desafíos
de política exterior
Por la magnitud de
China, los hechos que ocurren en dicha nación tienen repercusión a nivel
global. Durante años el gigante asiático se centró en una diplomacia económica
en busca de negocios, hoy en día la situación es distinta ya que al ser una
figura primordial en el mundo deberá tomar posición en distintos conflictos. En
un principio hay anuncios de una política exterior que apostará por una mayor
apertura. La búsqueda de reafirmar sus influencias económicas les traerá más de
un dolor de cabeza a los dirigentes chinos. La lucha por el liderazgo del área
Asia-Pacífico entre China y Estados Unidos será uno de los temas más
importantes para la política exterior de Xi Jinping. Obama intenta evitar el
ascenso de la potencia regional uniéndose con algunos vecinos de la zona,
siendo Japón su principal aliado.
Las disputas
territoriales marítimas con Japón por las islas Diaoyu-Senkaku, Filipinas,
Vietnam, Malasia y Brunei son problemas recientes que amenazan con quitarle
estabilidad a la zona. La relación con el gobierno de Corea del Norte supone
una definición clara para la toma de decisiones en el Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas, principalmente en lo que refiere al programa nuclear de
Pyongyang y las sanciones impuestas. La relación con la región autónoma del
Tibet confiere otro desafío para mostrar una imagen no conflictiva al exterior.
Las reuniones previstas del futuro mandatario son con los líderes de los países
integrantes del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, Sudáfrica) y con dos países africanos
donde China ha invertido mucho dinero: Tanzania y la República Democrática del
Congo. Xi Jinping afirmó que su nación seguirá apoyando el desarrollo de África
ya que es un socio estratégico. Además buscarán la multi polaridad a través de
los distintos grupos que reúnen potencias emergentes.
Una nueva sucesión de
poder
Esta será la quinta
generación de líderes que asume en el país más poblado del planeta. En 1949 Mao
Zedong anunció la proclamación de la República Democrática Popular China tras
la victoria de los comunistas en la guerra civil. En la primera etapa, el
dictador comenzó con nacionalizaciones, industrialización forzada, colectivismo
y sometimiento ideológico. Estableció relaciones con Rusia, chocó con Estados
Unidos y apoyó a su vecino Corea del Norte. El posterior fracaso del gran salto
adelante, la crisis económica que derivó en hambrunas y los problemas con la
Unión Soviética sepultaron las políticas de la primera generación. En la década
del setenta, el ingreso a las Naciones Unidas junto al encuentro con el presidente
norteamericano Nixon devolvió a China a la comunidad internacional. Mao condujo
a la nación hasta su muerte en 1976.
La personalidad clave
en la etapa posterior a Mao es Deng Xiaopng, quien impuso un programa de
modernización para el país. Las principales reformas apuntaron a lo económico
centrándose en el estímulo, desarrollo del sector privado, inversiones
extranjeras y zonas de desarrollo abierto al capitalismo. Se impuso el lema de
dos sistemas económicos y un solo régimen político. El crecimiento económico no
fue suficiente para la población que se manifestó reclamando libertades
democráticas, la más conocida fue la protesta en la Plaza Tiananmen. La
intervención violenta del ejército y la repercusión posterior derivó en la
sustitución de las autoridades del partido, asumiendo Jiang Zemin como
presidente en 1992. La cooperación internacional, el equilibrio en las
reformas, la apertura al mundo y el plan para eliminar la pobreza son algunas
características del mandato de Jiang. En 2003 asumió Hu Jintao como la cuarta
generación de líderes comunistas para dirigir al país durante diez años. A
partir de fines de marzo China tendrá nuevos gobernantes que deberán seguir
escribiendo la historia. Seguramente cuando dejen el poder, su nación será la
economía más grande del planeta.
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