viernes, 8 de marzo de 2013

Corea del Norte promete anular acuerdos de no agresión

Pyongyang reaccionó ante las sanciones impuestas por las Naciones Unidas
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El gobierno de Corea del Norte respondió inmediatamente a los duros castigos que aprobó este jueves el Consejo de Seguridad de la ONU.   La mayor amenaza lanzada en su declaración es un posible ataque preventivo contra Estados Unidos, a la que se le suma la ruptura de los pactos de no agresión con Corea del Sur y la anulación de las líneas directas de conversación. El duro paquete de sanciones, que contó con el visto bueno de China, surge como respuesta a la prueba nuclear que realizó el régimen de Kim Jong Un el mes pasado.
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El ensayo atómico del 12 de febrero, el tercero en la historia de Corea del Norte, desató una nueva crisis con la comunidad internacional. La más potente prueba nuclear subterránea, detectada por el Servicio Geológico de Estados Unidos, produjo la condena de Barack Obama, Japón y Rusia; este último lo consideró como una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad. Los mandatarios occidentales lo calificaron como una nueva provocación, mientras que Corea del Norte asegura que la prueba fue para hacer frente a la hostilidad del gobierno norteamericano.  Las miradas se centraron en China, aliado del régimen, que había solicitado a Pyongyang que no realizará estos ensayos. La opinión favorable de Beijing con respecto a las medidas fue esencial para lograr una respuesta unida. El paquete de sanciones incrementa el asilamiento de Corea del Norte, reflejando el punto de vista y la determinación de la comunidad internacional.

Las medidas dispuestas apuntan a dificultar las actividades comerciales, obstaculizar los movimientos financieros, imponer límites a los diplomáticos de Pyongyang en el mundo y aumentar los poderes para poder inspeccionar los cargamentos de los buques de bandera norcoreana. Estas nuevas sanciones generaron nerviosismo en Corea del Norte que anunciaron el cierre del punto de Panmunjon en la zona desmilitarizada, cortando la línea de comunicación directa creada en 1971 para momentos de alta tensión. Además, el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea anunció el quiebre de los acuerdos de no agresión pactados entre el Norte y el Sur en 1991, pacto que fijó una resolución pacífica de las disputas y la prevención de enfrentamientos militares.  Las reacciones llegaron al punto que Pyongyang amenazó con anular el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-53). Kim Jong Un asegura que las relaciones sobrepasaron la línea de peligro y que su ejército tiene prontos los misiles nucleares capaces de alcanzar Estados Unidos.

El nuevo posicionamiento de China en el conflicto

Corea del Sur amaneció con indignación tras la amenaza del fin del armisticio por parte de sus vecinos del norte. La mandataria Park Geun Hye tendrá la difícil tarea de buscar un diseño inteligente para resolver esta situación. Seúl cuenta con el apoyo de la comunidad internacional y de su aliado histórico, Estados Unidos, que tiene desplegados 28.000 efectivos en tierras surcoreanas. Las esperanzas que surgieron en diciembre de 2011 cuando Kim Jong Un llegó al poder se han enterrado en los últimos días. El joven líder asumió tras la muerte de su padre Kim Jong Il, quien como último deseo pidió reforzar el poder nuclear, el programa de misiles y las armas bioquímicas. El liderazgo de los comunistas en Corea del Norte comenzó en 1948 con el presidente Kim Il Sung quien murió en 1994. Este país de 23 millones de habitantes azotado por las hambrunas amenaza desde hace tiempo la estabilidad de Asia. Quizás el único momento de ilusión fue el encuentro entre los presidentes de las dos Coreas en el 2000.

Los últimos sucesos en lo referente a Corea del Norte permiten visualizar ciertas aristas del conflicto. La relación de Pyongyang con la comunidad internacional entró desde hace tiempo en un círculo vicioso de acciones, reacciones, sanciones y ensayos nucleares. Por un lado se sostiene que el incremento de la tensión es un esfuerzo gubernamental de los norcoreanos para reforzar la imagen del Kim Jong Un en el país. Por otra parte, en julio se cumple el 60° aniversario del armisticio que terminó con la Guerra de Corea y estas acciones podrían ser una estrategia de Corea del Norte para buscar una paz definitiva. La posibilidad de que Pyongyang se embarque en un conflicto armado sería difícil de entender, ya que el mismo consistiría en un suicidio para el régimen. La mayor novedad en estos últimos sucesos es la nueva relación de China con los comunistas norcoreanos. Es la primera vez que el gobierno de Beijing abandona a su aliado y apunta fuerte a la desnuclearización de la península coreana bajo negociaciones. Este tema será uno de los puntos que deberá encarar la nueva dirección política de Xi Jingping, nuevo presidente de la República Popular de China. 

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