La ex mandataria manifestó que
regresará al país y tiene grandes posibilidades de vencer en los comicios
presidenciales de noviembre
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Michelle Bachelet renunció a la
dirección ejecutiva de la Organización de las Naciones Unidas para la Mujer y retornará
a su país en las próximas semanas. Si bien no se pronunció directamente si será
candidata, sus partidarios de la Concertación de Partidos por la Democracia
anunciarán su candidatura el 13 de abril. Bachelet es la única opción fuerte de
la centroizquierda para retornar al Palacio de La Moneda. Desde que se radicó
en Nueva York, la ex presidenta mantuvo silencio sobre la coyuntura local de
Chile. En su regreso prevé realizar diversas giras por el país para escuchar
las demandas de la población.
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En el discurso de cierre de la Comisión Jurídica y Social de la
Mujer en las Naciones Unidas, Bachelet expresó su renuncia al cargo que asumió
en setiembre de 2010. Ban Ki Moon, secretario general del organismo, le
agradeció a la médica sus contribuciones en estos años. La dimisión de la
chilena tuvo inmediatas repercusiones en su país. En diciembre, cuando visitó
Chile por última vez, Bachelet había declarado que su decisión sobre la
candidatura a la presidencia se estiraría hasta marzo. Desde que dejó el
gobierno hace tres años, la ex jefa de Estado mantuvo un elevado apoyo
ciudadano. Las últimas encuestas, publicadas por el Centro de Estudios
Públicos, le dan un apoyo del 54% de cara a los comicios presidenciales. Si se
confirman estos porcentajes, Bachelet estaría logrando su regreso al poder en
la primera vuelta. Sin embargo previamente deberá vencer en las elecciones
internas, en donde supera con amplio margen a los otros precandidatos de la
Concertación.
En la lucha electoral primaria, Bachelet se enfrentará al
candidato democristiano, Claudio Orrego, al presidente del Partido Radical,
José Antonio Gómez, y a su ex ministro de hacienda, Andrés Velasco. Luego de
superado ese escollo el 30 de junio, presentará sus propuestas al resto del
país. Durante su ausencia Chile sufrió varios cambios, principalmente tras las
protestas estudiantiles de 2011. La población se rebeló contra la desigualdad,
los abusos del libre mercado y el debilitamiento de los servicios públicos. La
lucha en busca de la equidad de género y el interés por una reforma tributaria
a fondo son dos temas que estarán en la agenda de Bachelet. El desafío
principal en la campaña electoral será con respecto a la Concertación, alianza
desprestigiada que deberá apuntar a nuevos rostros e incluir nuevos movimientos
sociales. Seguramente buscará ampliar sus fuerzas con el apoyo de los
comunistas. Bachelet enfrentará a la derecha que también optará por un
candidato. Laurence Golborne, conocido por haber sido el líder del rescate a
los mineros, será el postulante de la Unión Demócrata Independiente. Mientras
que Andrés Allamand, ex jefe de Defensa, es el representante del partido
Renovación Nacional del actual presidente Sebastián Piñera.
El gobierno de Piñera y las pocas posibilidades de la derecha
Los últimos ataques contra la figura de Bachelet han sido por el
desempeño de su gobierno luego del terremoto de febrero de 2010. La política de
investigación llevada acabo por Piñera es considerada, por parte de partidarios
opositores, como un ataque a la ex mandataria en busca de perjudicar su imagen.
El actual presidente de Chile superó años complicados luego de su asunción en
2010. Tras estar entre la espada y la pared, la valoración de su administración
creció debido al dinamismo de la economía y el optimismo imperante. La derecha
regresó al poder en Chile tras 20 años de gobiernos de la Concertación desde la
caída de la cruda dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989). Los democristianos
Aylwin y Frei y posteriormente los socialistas Lagos y Bachelet llevaron
adelante el Chile democrático. Bachelet, que se definió como una mujer
socialista, separada y agnóstica, fue la primera presidenta mujer de la nación.
Si bien comenzó un buen gobierno, sufrió un desgaste con la famosa crisis del
Transantiago.
El retorno de
Bachelet a Chile despeja la principal incógnita de los últimos tres años en la
política de esa nación. La frase “vuelvo a mi país” y la posterior confirmación
de su candidatura por parte del Partido Socialista y Partidos por la
Democracia, movieron fuerte el tablero político chileno. Ante el prestigio que
goza Bachelet y la esperanza de mucha gente en su figura, la derecha demostró
nerviosismo de perder el gobierno. Al no mostrar ningún candidato fuerte y no
contar con el respaldo de un gran gobierno de Piñera, las chances de la alianza
derechista se reducen, a pesar del rol que pueda jugar el actual presidente por
el repunte de la economía. La ex mandataria podría lograr lo que no pudieron otros
gobernantes de la Concertación: alcanzar el poder por segunda vez. El
electorado chileno siempre se mostró difícil, caracterizado por una clase media
orgullosa, conciente de sus derechos y sin lealtad hacia ningún partido. A pesar de esta salvedad, Bachelet cuenta con grandes posibilidades de volver a ser la presidenta de Chile.
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