viernes, 10 de junio de 2011

Primeros cambios en el gobierno de Dilma

Las acusaciones al jefe de la Casa Civil, Antonio Palocci, obliga a la presidenta de Brasil a modificar su gabinete. 


A comienzos de la semana se produjo en Brasil la renuncia de uno de los hombres más influyentes del gobierno en los últimos seis años, el médico Antonio Palocci. Las denuncias de Folha do Sao Pablo sobre enriquecimiento ilícito y el incremento abultado de su patrimonio, ejercieron gran presión sobre la mandataria brasilera, Dilma Rousseff. La negación por parte de Palocci a brindar los nombres de las empresas que aconsejó fue uno de los determinantes para la aceptación de la renuncia por parte de la primera presidenta mujer del gigante sudamericano. La salida del jefe de gabinete le permitió a Rousseff colocar una persona de su confianza, la senadora Gleisi Hoffmann, y anunciar la posibilidad de otros cambios ministeriales.


Palocci fue nombrado por el gobierno de Lula da Silva en 2003 como Ministro de Hacienda. Desde la asunción del líder del Partido dos Trabalhadores (PT), Palocci fue pieza clave para delinear la economía y una importante figura para los inversores extranjeros, permitiendo que no cundiera el pánico en las bolsas brasileras. Se lo considera una pieza clave en la continuidad el modelo implantado por Lula, por sus logros en el crecimiento de la economía, el control de la inflación y la baja del desempleo. Sin embargo su imagen no esta exenta de polémica, principalmente debido a su renuncia en 2006 por tráfico de influencias, aunque fue absuelto años más tarde. Esta última decisión de la Suprema Corte fue fundamental para que Lula proponga a su candidata el nombre de Palocci con la finalidad de dar una imagen de continuidad a sus políticas económicas.


Palocci decidió dimitir a pesar que el Fiscal General de la República archivó los pedidos de investigación por considerar lícita su actividad privada. Actualmente Dilma tiene que lidiar con una situación parecida a la de su predecesor, cuando el ex presidente se enfrentó a una crisis política por la renuncia de Dirceu como jefe de gabinete, lugar que posteriormente ocupó la actual mandataria. Asumiendo en enero de 2011, luego de vencer a Serra en segunda vuelta, Rousseff lidera el país bajo la tutela de Lula pero el nuevo nombramiento cambia el panorama, al ser Hoffmann una figura asociada a su persona. Con un perfil técnico, poca experiencia política y tan sólo seis meses en el Senado, la esposa del ministro de Comunicaciones será la encargada de acompañar la gestión de los programas prioritarios de la presidencia. Recientemente Rousseff ha lanzado el Plan Brasil sin miseria con el objetivo de erradicar la pobreza extrema.


Una de las funciones de la nueva jefa de la Casa Civil, Hoffmann, será reconstruir la base aliada con el vicepresidente Michel Temer del Partido del Movimiento Democrático Brasileño. Si bien con la salida de Palocci del gabinete, la relación de Dilma con Lula y sus aliados del PMDB no se deteriora en lo más mínimo, la actual presidenta gana en independencia con el nombramiento de una figura joven cercana a su persona. El modelo neoliberal con una fuerte impronta de políticas sociales que implementó Lula no está en cuestión en Brasil, sin embargo con este cambio de ministro, Dilma se propone realizar un gobierno con sello propio.

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