sábado, 4 de junio de 2011

Informe Semanal: Las elecciones legislativas cambian el mapa político canadiense

El 2 de mayo se realizó en Canadá la cuarta elección parlamentaria en los últimos siete años. Sin lugar a dudas un despropósito. Si bien en el mundo de hoy no debemos desmerecer el hecho que los ciudadanos puedan ejercer su voto, la continua convocatoria a elecciones muestra que el panorama político canadiense se encuentra en constante movimiento.

Desde el año 2004 no se habían logrado mayorías absolutas en la Cámara de los Comunes, siendo esta la cámara baja pero la de más atribuciones a nivel político. Esta situación provocó la necesidad de negociación permanente entre los distintos bandos, no siempre con los mejores resultados. El Partido Liberal, histórico gobernador de Canadá, llevó las riendas del país desde 1993 hasta 2006 cuando Stephen Harper asumió como primer ministro, al ser el Partido Conservador (PC), el más votado en el parlamento.

El proyecto de presupuesto y la compra de armas a Estados Unidos desataron en marzo de este año una crisis política que derivó en una moción de censura contra el primer ministro y la celebración de comicios en forma adelantada. A comienzos de mayo se realizaron las elecciones federales en las que el PC de Harper logró el 39.6 % de las preferencias mientras que el New Democratic Party (NDP) de Jack Layton alcanzó un 30.6%. La gran decepción se la llevó el Partido Liberal (18.9%) liderado por Michael Ignatieff, quién dimitió una semana después de conocidos los resultados. Mientras tanto, el Bloc Québécois (BQ) y el Partido Verde lograron un 6% y 4% respectivamente.

La distribución de los 308 diputados se produce según la división electoral en trece provincias, de las cuales entre las dos mayores, Ontario y Quebec, alcanzan alrededor de 180 representantes. Por ende, los porcentajes anteriormente mencionados no corresponden exactamente con la repartición de cargos. En estas últimas elecciones, el PC logró 167 diputados, obteniendo la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes. El socialdemócrata NDP se convirtió en la oposición oficial con 102, mientras que el histórico Partido Liberal se derrumbó consiguiendo tan sólo 34. La caída en materia porcentual del “partido natural de gobierno” ha sido alarmante: 40.8 en el 2000, 36.7 en 2004, 30.2 en 2006, 26.3 en 2008 y 18.9 en los últimos comicios. En lo que refiere al bloque separatista de Quebéc, su fuerza y reclamos parecen empezar a quedar en la historia, ya que tan sólo logró cuatro representantes en el gobierno. Repasando los resultados por provincias, podemos concluir que la socialdemocracia del NDP se ha hecho fuerte en Quebec, quitándole el poder que en algún momento tuvo el BQ en territorio francófono y en la política local.


Si bien es muy discutible cuál es realmente la forma que mejores resultados puede traerle a un país, existen ciertas ventajas y desventajas en lo que respecta a las mayorías relativas y absolutas. El conservador Stephen Harper ha tenido que gobernar desde 2006 en constante negociación, al no tener una mayoría absoluta que le permita afrontar realmente los problemas que surgen en el país.  Luego de los últimos comicios, la nueva Cámara de los Comunes de Canadá posee una mayoría conservadora que tendrá que lidiar con los sucesivos desafíos que se le presenten, pudiendo implantar su plataforma partidaria sin la inestabilidad de un gobierno minoritario.


Harper deberá conducir al gobierno en un 2011 en el cual se estima un crecimiento lento pero constante para la economía. Muchos analistas han destacado la situación de dicho país en perspectiva comparada con la de otros países desarrollados, entre ellos Estados Unidos. La contención del gasto, los diversos recortes planteados y la eliminación de los déficits que provocó la recesión, serán algunos de sus desafíos internos. En política exterior, además de la participación en los diferentes organismos multilaterales, el gobierno deberá liderar el retiro de sus tropas de Afganistán, planeado para este 2011.

Es importante conocer el desempeño político del gigante nórdico por varios motivos. En primer lugar, a pesar de su perfil bajo en política internacional, Canadá forma parte del G8, el grupo de países con mayor poderío a nivel global. Esto le da injerencia en las principales decisiones en materia económica y financiera, así como en las diversas reformas de los organismos multilaterales. En segundo lugar, su poderío militar le da una voz importante en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en un momento clave debido a la participación de la misma en Libia y la decisión de futuros movimientos militares. Además, es el principal socio comercial de la primera economía del mundo. 

En definitiva, con la continuidad y afianzamiento de Stephen Harper y su Partido Conservador, una nueva oposición socialdemócrata, el debilitamiento del histórico Partido Liberal y el hundimiento del Bloc Québécois, el mapa político canadiense se ajusta para afrontar los nuevos desafíos globales.

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