miércoles, 15 de junio de 2011

Obama visita Puerto Rico en busca del voto hispano

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se comprometió a respetar la decisión puertorriqueña sobre el futuro político de la isla.



Con miras a las elecciones de 2012, el mandatario norteamericano arribó a Puerto Rico cumpliendo su promesa, efectuada en la campaña para las primarias del Partido Demócrata, de volver a San Juan como presidente. La visita cobra mayor importancia debido a que ningún jefe de Estado de los Estados Unidos había llegado a la isla desde 1961, cuando John F. Kennedy se presentó ante la población boricua. Obama hizo referencia sobre un posible referéndum que defina el futuro político e institucional de Puerto Rico, comprometiéndose a apoyar la resolución más allá del resultado. Si bien no enunció ninguna fecha en particular se planea la consulta para fines del año 2012. En un discurso en el aeropuerto se expresó también sobre la creación de más empleo y destacó la inclusión de la comunidad hispana en su país.



Puerto Rico es hoy un Estado Libre Asociado que posee un gobernador, Luis Fortuño, y un representante en el capitolio sin el derecho a voto. Los habitantes son ciudadanos desde 1917 y sirven en el ejército pero aquellos que no están radicados en territorio continental, no participan de las elecciones presidenciales. Estados Unidos invadió la isla durante la guerra con España en 1889 y desde 1967 adquiere la calidad de Estado Asociado. En 1993 y 1998 la ciudadanía se expresó en un plebiscito sobre el futuro de su “país” pero en ninguna de las consultas hubo posiciones que superen el 50%. Los intentos de pronunciación han chocado con los intereses de la Casa Blanca principalmente porque gran parte de la ciudadanía puertorriqueña apunta a convertirse en el Estado número 51. Con una población de casi cuatro millones de habitantes, Puerto Rico vive una situación económica difícil con 16% de desempleo y un aumento de la criminalidad.



La llegada de Obama se debe principalmente a una estrategia electoral con miras a su reelección en noviembre del próximo año. El Partido Demócrata (PD) se ha lanzado a conquistar alrededor de 4.6 millones de electores puertorriqueños que habitan especialmente los Estados de Florida, Georgia, Nueva York y Pensilvania. Los estudios han revelado la importancia de este sector, muy fuerte en Florida, lugar decisivo en las elecciones norteamericanas. Se estima que 1/5 de la población boricua vive allí y más específicamente en el área metropolitana de Orlando, donde el PD logró vencer, quebrando una hegemonía republicana. El crecimiento de la población boricua en Estados Unidos marca un paralelismo con el voto cubano que suele ser a favor de los republicanos.  



A través del voto de la comunidad puertorriqueña, el candidato demócrata sale a la conquista de los 50 millones de hispanos. Si bien dicha población se encuentra desilusionada por la promesa incumplida, de presentar una ley de reforma migratoria en sus primeros dos años de gobierno, el presidente parece seguir siendo el favorito de los latinos. Para lograr su objetivo Obama se comprometió con los boricuas a que su administración aceptará la decisión de Puerto Rico de ser independiente, formar parte de los Estados Unidos o continuar con el statu quo.

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