jueves, 9 de junio de 2011

El ejército de Gadafi avanza hacia Misrata

El tirano de Libia no se rinde ante los ataques de la OTAN y bombardea un bastión de los rebeldes.


La guerra civil continúa en Libia y se sigue cobrando victimas. En la mañana de ayer las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizaron nuevos ataques aéreos sobre la capital Trípoli. La respuesta por parte del ejército de Muamar Gadafi fue el bombardeo a las ciudades de Tawarga y Dafnisa y el avance por tierra hacia Misrata, causando doce muertos y veinte heridos. A mediados de mayo las tropas del ex presidente habían sido expulsadas de dicha ciudad, que representa un bastión de los rebeldes, principalmente por que a escasos kilómetros de allí se ubica la línea de combate. 

El golpe de Estado contra la monarquía en 1969 dio como resultado la llegada al poder de un presidente que se mantuvo por más de cuatro décadas, Muamar el Gadafi. Durante su estadía como Jefe de Estado libio mostró distintas facetas, la primera fue la imitación al mandatario de China, Mao Tse Dong, elaborando tres tomos del Libro Verde.  La oposición al “imperialismo” occidental lo asoció con el nacionalismo árabe y el código moral islámico. Sobre comienzos de este siglo experimentó un cambió con respecto a las potencias, buscando asociaciones con empresas para la explotación de las reservas de petróleo, firmando acuerdos con países europeos como Italia y uniéndose a la lucha contra el terrorismo. Si bien Libia se encontraba en una buena relación con occidente, las protestas que comienzan a mediados de febrero, luego de los hechos que ocurrieron en Túnez y Egipto, cambiaron la situación del gobierno de Gadafi y su relación con el mundo.

Los rebeldes instalados en la segunda ciudad, Bengazi, avanzan desde hace meses hacia Trípoli, exigiendo el cese de la represión de las fuerzas de Gadafi y su dimisión. El fracaso de la mediación del presidente venezolano Chávez, los bloqueos económicos impuestos por una gran cantidad de países y la acusación al mandatario de crímenes contra la humanidad por parte de la Corte Penal Internacional, derivaron en un aislamiento del gobernante. A raíz de esta situación, la comunidad internacional reconoció el Consejo Nacional de Transición, órgano político de los rebeldes, creado días después del comienzo de las revueltas. A posteriori, se produjo la resolución del 17 de marzo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que aprobó una zona de exclusión aérea sin la intervención de tropas. Días después, la OTAN se hacía cargo del operativo militar y a dos meses del comienzo de los bombardeos, se producía la mayor ofensiva aérea sobre Trípoli.

La guerra en Libia forma parte de una ola de revueltas del mundo árabe que quedará sin dudas marcado en la historia. El mandatario con más años en el poder ya no volverá a ser el presidente del país del norte de África. Al igual que en Yemen y Siria, las tropas oficialistas reprimen a su población pero a diferencia de aquellos países, los organismos internacionales han tomado parte del conflicto. A través de los bombardeos de la OTAN, las potencias intentan defender a los civiles, mientras que el común ciudadano del mundo se pregunta: ¿Por qué en Libia y no en Siria o Yemen?

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