jueves, 16 de junio de 2011

El primer ministro griego ofreció su renuncia

El mandatario de Grecia, Giorgios Papandreu, enfrentó duras protestas y aceptó formar un gobierno de unidad para salir de la crisis económica.

La tercera huelga general de este año convocada por grupos sindicales paralizó nuevamente a Grecia. Unos 25.000 manifestantes se reunieron frente al parlamento para protestar contra las medidas de ahorro. El gobierno necesita aprobar disposiciones que le permitan evitar la quiebra y recibir ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional. Esta situación obligó a Giorgios Papandreu a ofrecer su renuncia para alcanzar la unidad nacional y un apoyo firme a los planes económicos.

El actual primer ministro de Grecia asumió en octubre de 2009 luego que su partido, el Movimiento Socialista Panhelénico, logrará un 43% en las elecciones legislativas. Con mayoría absoluta en el parlamento, tuvo que enfrentar una crisis económica que se desató semanas después de su asunción. Aceptando un déficit de 12%, prometió no volver a aumentar los impuestos y elaboró un programa de privatizaciones. La falta de respuestas para las dificultades financieras, el líder de la Nueva Democracia, Antonio Samaras, pidió en reiteradas ocasiones la dimisión de Papandreu. En las últimas semanas, con motivo de las protestas y las manifestaciones en la plaza Sintagma de Atenas, la oposición se mostró dispuesta a negociar acuerdos y a cooperar en el corto plazo si el primer ministro ofrecía su renuncia. La presión que ejerció la ciudadanía ayer al intentar romper el cordón policial frente al parlamento, agudizó la crisis política de Grecia.

El Consejo de los Helenos se reunió ayer para tramitar un nuevo acuerdo económico, siendo el principal brindar las condiciones para recibir la próxima partida de ayuda que ronda los 12.000 millones de euros. Para aprobar el paquete de ahorro que le permita rebajar el déficit de 7.5% del Producto Bruto Interno, el partido de gobierno debe contar con todos los votos de su bancada. Las medidas incluyen privatizaciones, recortes salariales, cierre de empresas públicas y aumentos de impuestos. Una reunión fundamental para el futuro económico del país mediterráneo fue la que se desarrolló en Bruselas entre los ministros de finanzas de los 27 países de la UE. En la misma Alemania se negó a que el préstamo, que alcanza los 110.000 millones de euros, sea pagado en su totalidad con dineros públicos, mientras que el Banco Central Europeo rechazó la participación privada.

Giorgios Papandreu se propuso reformular su gabinete y someterse al voto de confianza del parlamento para continuar en el poder. Ante la gran presión que ejerce la ciudadanía y la oposición, el primer ministro deberá aceptar un gobierno de unidad nacional que permita consensos para adoptar medidas de ajuste. Si bien los griegos cuentan con el apoyo económico de la asociación, ya se ha hecho escuchar la voz de Alemania para que los países endeudados apliquen severos programas con cortes presupuestarios a cambio de la ayuda de los hermanos europeos. En definitiva, Grecia deberá enfrentarse con el descontento de su población y con las exigencias de la UE, que no esta dispuesta a seguir desembolsando dinero sin esfuerzos de la contraparte. 

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