martes, 25 de junio de 2013

El emir de Catar se anticipa

Catar es el principal proveedor financiero de las revueltas de la Primavera Árabe. Estas protestas sociales en el mundo islámico derivaron en la caída de grandes dictadores de la región: Gadafi en Libia, Mubarak en Egipto y Ben Ali en Túnez. En Catar ya se previó un cambio generacional para evitar un desarrollo violento de los hechos en un futuro cercano. El jeque Hamad Bin Jalifa Al Thani abdicó a favor de su hijo y dio vuelta la página en la historia catarí.
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El emir de 61 años, que gobierna desde 1995, aseguró que dejará el cargo que ostenta y ocupará una nueva posición para servir a la nación. Hamad convocó a su familia a participar del proceso de sucesión, aunque no se especificó cuando entraría en vigor. Se especula que la abdicación hacia su hijo Tamim se debía a razones de salud. Sin embargo hay un trasfondo estratégico con respecto a la preparación que ya posee el príncipe para asumir las responsabilidades y los riesgos que supone en estos tiempos la dictadura catarí.

Tamim fue designado heredero en 2003 cuando su hermano mayor Yasim renunció en su favor. Educado en la Academia Militar de Sandhust, Inglaterra, el nuevo emir de 33 años es miembro del Comité Olímpico Internacional y un gran aficionado de los deportes. Desde hace años participa del gobierno de su padre, siendo parte de un gran número de viajes oficiales y foros internacionales. Tamim cuenta con la ventaja de su juventud para poder adaptarse a la población que exige de a poco una reforma política.

Durante el mandato de Hamad, Catar se caracterizó por el pragmatismo. Estrechó relaciones con países y grupos políticos de distinto tipo. El principal objetivo era sacar a su nación de su tradicional aislamiento. En materia internacional se convirtió en un actor clave. Mantiene buenas relaciones con Estados Unidos, país que posee bases militares en su territorio. Con Irán tiene lazos cordiales ya que comparten el control del mayor yacimiento de gas natural. También es mediador en la cuestión palestina y promotor de los rebeldes sirios en el levantamiento contra Bashar Al Assad.   

Una dictadura que no quiere riesgos

Catar es un país de 2 millones de habitantes de los cuales 250.000 son autóctonos, el resto son trabajadores de naciones vecinas. Antiguo territorio del Imperio Persa, logró la independencia en 1971. La dinastía Al Thani gobierna desde hace 130 años. Actualmente es el mayor exportador mundial de gas natural licuado y uno de los países con ingresos per cápita más altos del mundo. Una potencia global de inversiones con un respaldo financiero importante que incluso permitió la ayuda a las revueltas de la Primavera Árabe.

La nueva generación da un paso al frente para asumir las responsabilidades de dirigir un país. Tamim se convertirá en el monarca absoluto más joven de la península arábiga. Su padre se aseguró una transición sin sobresaltos en una región caracterizada porque los líderes mueran en el sillón o sean apartados por violentos golpes de Estado. Si bien no se esperan grandes cambios, el hecho es importante porque anticipa una posible situación. Catar, actor clave en la región, no vivirá revueltas como en otros países árabes. No están dadas las condiciones y si podían darse, ya se encargaron de evitarlas.


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