martes, 2 de julio de 2013

Croacia les muestra el camino a sus vecinos

Croacia se convirtió este lunes en el 28° país de la Unión Europea. Superó un verdadero proceso riguroso y será un actor importante en la integración comunitaria de sus vecinos. Es fundamental que la reconciliación europea con los países balcánicos, devastados por las guerras de los noventa, se de en el marco de la institución continental. Croacia es un ejemplo para sus vecinos, que deberán trabajar mucho para lograr la adhesión.
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En una celebración multitudinaria en Zagreb, el presidente de la Unión Europea, José Manuel Barroso, dio la bienvenida a Croacia apuntando a su plena democracia. El presidente del país, Ivo Josipovic, recibió alrededor de 200 invitados internacionales en la sede del gobierno. Durante la ceremonia, el primer ministro Zoran Milanovic tendió la mano a los vecinos para integrarse junto a ellos a la institución continental. En Estrasburgo, la Eurocámara recibió a los diputados croatas, celebrando que el país retorne a la cultura y valores europeos.

Croacia se encuentra inmersa en una crisis económica, en recesión desde 2009 y posee una tasa de desempleo de 20%. La indiferencia de la ciudadanía con respecto al ingreso se debe a que el croata está preocupado por adquirir un trabajo. Además, el arduo proceso de integración conllevó a cierto desencantamiento. Hace 8 años el 80% de la población quería que la nación ingrese, hoy el número se redujo al 61%. El referéndum de adhesión, celebrado en enero de 2012, convocó al 43% del electorado. Considerando la participación, sólo un 29% de la población con derecho a voto optó a favor del ingreso. Sumado a esto, en abril la convocatoria para elegir representantes para el parlamento europeo fue la segunda más baja de la Unión Europea.

El gobierno del Partido Social Demócrata espera que la adhesión fomente la inversión extranjera que el país necesita para consolidar su desarrollo industrial. De un tamaño similar a Costa Rica, Croacia es un destino turístico popular entre los europeos. Sin embargo parte de la opinión pública está preocupada por el ingreso a una Unión Europea en crisis. Si bien hasta dentro de dos años Croacia no se incorporará al Espacio Shengen, ya se habla de un éxodo de trabajadores. Estas opiniones han incrementado el número de nacionalistas y euroescépticos.

Diez años pasaron desde el pedido de ingreso a la Unión Europea. Durante ese tiempo, Croacia realizó difíciles reformas de todo tipo, pero contó con la ventaja de una economía fuerte. Además se benefició de la alianza que mantiene con Alemania – líder continental - por cuestiones económicas y geopolíticas.  La reestructuración a todo nivel conllevó por ejemplo a realizar cambios en los astilleros, que subsistían por subsidios gubernamentales. Otro aspecto que se debió solucionar fue un litigio bancario entre Croacia y Eslovenia. Igualmente a pesar de las reformas, Zagreb debe continuar luchando contra la falta de transparencia. Cabe destacar que a fines del año pasado, la justicia condenó a diez años de prisión al ex primer ministro Ivo Sanader.

La salvación para toda una región

Croacia formó parte de la Yugoslavia socialista que lideró Josip Broz Tito, de la que una minoría siente nostalgia. Tito dirigió al país durante 35 años hasta su muerte en 1980. A comienzos de los noventa, Yugoslavia se desmembró y resurgieron los conflictos interétnicos. A partir de allí Zagreb fue escenario de la Guerra de los Balcanes. Franco Tudjman, presidente nacionalista y padre de la patria, proclamó la independencia, lo que derivó en meses de conflicto con un saldo de 20.000 muertos y 600.000 refugiados.

Los serbios locales deseaban seguir en Yugoslavia y con el apoyo del Ejército Popular Yugoslavo formaron la República Serbia de Krajina, conquistando un 30% del territorio del país. Esta situación duró hasta 1995 cuando el ejército croata logró el control sobre el grueso del territorio. Desde esa época, este país de 4.3 millones de habitantes – de mayoría católica – fue liderado alternadamente por dos grandes partidos, el Social Demócrata de centro izquierda y la Unión Democrática Croata de centro derecha.


Croacia es el segundo Estado de la ex Yugoslavia – tras Eslovenia - en culminar con éxito su proceso de adhesión a la Unión Europea. El resto de las ex repúblicas socialistas, participantes de conflictos bélicos en los noventa, buscan seguir sus pasos. Montenegro, por ejemplo, comenzó negociaciones en 2012. Otros países que quieren continuar el mismo camino son Macedonia y Serbia, este último señalado por la opinión pública por las masacres cometidas durante los conflictos. Bosnia, Kosovo y Albania todavía necesitan muchos cambios para poder aspirar a la adhesión. Estas naciones poseen problemas estructurales, tanto políticos, económicos y de seguridad. La Unión Europea aprendió de la experiencia de integración rápida de Bulgaria y Rumania y no está dispuesta a repetir el error. Por lo tanto si bien Croacia marcó el camino, la próxima adhesión no se prevé hasta 2020

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