lunes, 10 de junio de 2013

Sudán: la decadencia de Al Bashir

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El presidente de Sudán, Omar Hasan Al Bashir, ordenó detener el flujo de petróleo proveniente desde Sudán del Sur. En los últimos días el mandatario amenazó con cerrar el oleoducto, si sus vecinos continúan apoyando a los grupos rebeldes.
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En abril de este año se reinició el tránsito de crudo cuando ambos gobiernos decidieron retirar sus soldados de la zona fronteriza. Sin embargo en la última semana aumentó la tensión. Al Bashir acusa al gobierno de Sudán del Sur de respaldar con armas a los rebeldes del Frente Revolucionario Sudanés (Movimiento Popular de Liberación y facciones de la región de Darfur), una coalición creada en 2012 que busca dividir el país para derrocar al dictador. El gobierno de Jartum advirtió que de continuar esta situación, se cancelarían todos los acuerdos de cooperación firmados en setiembre pasado.

La guerra civil es característica en Sudan desde los años cincuenta, con el año 1972 como fecha del principal conflicto. Omar Al Bashir gobierna desde 1993 enfrentando levantamientos secesionistas por temas religiosos, rivalidad entre musulmanes y etnias negras, y por recursos naturales, tanto agua como petróleo. En 2005 el conflicto con Sudán del Sur finalizó con la creación la independencia de este último. La división implicó que los yacimientos petroleros quedaran en manos del gobierno de Yuba, heredando el 75% de las reservas. Sin embargo los oleoductos atraviesan el territorio del Norte, por ende se necesitan entre ambas naciones.  


La oposición de Al Bashir, las Fuerzas del Consejo Nacional, amenazaron con derrocarlo en un plazo de cien días, debido a que el gobierno perdió legitimidad. Buscarán agrupar a los opositores e impulsar una movilización, que seguramente contará con el apoyo del Frente Revolucionario. Para contrastar esto, Al Bashir instó a los jóvenes a sumarse al ejército y prepararse para la Guerra Santa. Además de este conflicto interno, Jartum tiene que lidiar con la escalada de violencia con el vecino del sur, que elevó una queja por una supuesta invasión de las tropas de Al Bashir en el Estado del Alto Nilo.  El mandatario, que gobierna desde hace veinte años, ingresa en una etapa de decadencia, que podría culminar pacíficamente en las elecciones de 2015 o antes si logran derrocarlo, algo que parece difícil. 

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