lunes, 22 de julio de 2013

Informe semanal: Estados Unidos no quiere dar ventajas

África, durante décadas conocido como el continente olvidado, hoy se encuentra en el punto de mira de la comunidad internacional. China avanzó primero, prometiendo no comportarse como las antiguas potencias coloniales. Estados Unidos, tarde y sin tanta necesidad comercial, no quiere quedarse atrás.

Apelando a la democracia y las instituciones, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, salió al cruce. El miércoles 26 de junio inició una gira por tres países africanos: Senegal, Sudáfrica y Tanzania. El objetivo principal del gobierno norteamericano fue fomentar el comercio y la inversión, ya que África es un mercado cada vez más atractivo. El mandatario fue acompañado de empresarios, inversionistas y altos cargos; entre ellos estuvo Michael Froman, representante de Comercio Exterior. La Casa Blanca buscó darle un perfil económico al viaje, aunque los temas de geopolítica internacional también estuvieron sobre la mesa.

Tres destinos, tres objetivos

Senegal: el terrorismo islámico en la región

La gira de Obama por África comenzó en Dakar, Senegal. Este país es un socio fundamental para Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo de corte islámico en el Magreb y a ello se debe esta visita. El incremento de los grupos radicales es uno de los problemas geopolíticos que vive el continente africano. Washington busca que esta situación no se reproduzca en los distintos países de África.

Obama visitó en primer lugar una de las democracias más sólidas del continente y una de las naciones más estables de la región. Bajo inmensos operativos de seguridad, el presidente se reunió con su homólogo Macky Sall, participó de un foro de agricultores y visitó la Casa de los Esclavos, para rendir tributo a los prisioneros que se embarcaron desde allí rumbo a Estados Unidos.

Senegal se encuentra rodeado de países como Mali, que sufre una crisis importante por la incursión de los yihadistas provenientes de Libia. Para frenar este avance de los terroristas, Níger, otra nación de la zona aquejada por este problema, acaba de aprobar un consentimiento para que los drones norteamericanos puedan ser estacionados en su territorio. Un caso representativo de la división política y guerra que pueden causar estos grupos es Nigeria. La potente agrupación Boko Haram, que busca instaurar la ley sharia en todo el país, tiene en jaque al gobierno de Goodluck Jonathan.  

Sudáfrica: un actor clave en África

En Sudáfrica, la segunda parada, Obama encontró un país sacudido por el crítico estado de salud del histórico presidente, Nelson Mandela. La Casa Blanca tuvo en cuenta la situación y el mandatario mantuvo una reunión con la familia del Premio Nobel de la Paz. El presidente norteamericano visitó Sudáfrica por ser un peso pesado en el continente, un país clave en términos geopolíticos.

Estados Unidos necesita mantener buenas relaciones con el gobierno de Jacob Zuma para estar al tanto de los diversos conflictos de África. Sudáfrica es importante para contrarrestar un segundo problema geopolítico que enfrenta el continente: los reclamos históricos y territoriales que derivan en conflictos como el sucedido en Sudán. Actualmente el gobierno de Zuma busca lidiar entre Sudán y Sudán del Sur, mientras movimientos rebeldes intentan derrocar al dictador de Sudán, Omar al Bashir.

Además de pertenecer al grupo de los BRICS (junto a Brasil, Rusia, India y China), Sudáfrica es una arteria principal en la promoción de la democracia y es considerado un mediador fundamental en los asuntos africanos. La histórica colaboración en las operaciones de pacificación en la región confirma lo dicho y el último ejemplo es el intento por mantener al gobierno de la República Centroafricana, tras la revuelta del grupo Seleka.

Tanzania: su  economía y sus vecinos.

En el tercer destino los objetivos fueron principalmente económicos, debido al crecimiento galopante de Tanzania. Sin embargo también es un lugar geoestratégico para detener el avance islámico radical en la región, principalmente del grupo Al Shabab, cercano a Al Qaeda.

Tanzania está situada en una zona importante del continente, el conflictivo cuerno de África. En dicha región se ubica Somalia, lugar del que las potencias occidentales –incluso Estados Unidos, en los 90’- han tenido que “huir” por no poder controlar la situación de un territorio complejo. Tanzania limita con Kenia, donde nació el padre de Obama, sin embargo la Casa Blanca evitó una visita a dicho país ya que la nación realizó elecciones meses atrás. En dichos comicios salió victorioso Uhuru Kenyatta, personaje que posee un proceso abierto en el Tribunal Penal Internacional. Cabe destacar que tanto Kenia como Tanzania sufrieron ataques contra la Embajada de Estados Unidos por parte de yihadistas islámicos en 1998.

En Tanzania, Obama se reunió con líderes empresariales en Dar es Salaam, la mayor ciudad y capital económica de la nación. Este país se destaca por el aprovechamiento de sus recursos naturales creando fondos especiales que permitan administrar la riqueza e invertirla en desarrollo social para despegarse del hambre, problema endémico de África.

Contrarrestar el avance chino

Con esta visita de Obama, el gobierno norteamericano busca equiparar los avances económicos y geoestratégicos de Beijing en África. Estados Unidos examina una estrategia distinta para mostrarse como alternativa. La importancia de la energía y el plan presentado por Obama durante su viaje puede ser una arista importante del plan de Washington.

En un comienzo, desde África se observaba a China como un contrapeso a la histórica influencia occidental, incluso por haber apoyado en su momento a los movimientos independentistas y por ser parte del “mundo subdesarrollado”. Sin embargo con el correr de los años también se teme que la potencia asiática comience una nueva etapa de colonialismo.

Desde el liderazgo de Hu Jintao, China ofrece créditos y financia obras de infraestructura en el continente africano. Comprando materias primas, fundamentales para sostener su crecimiento económico, y vendiendo productos manufacturados, se convirtió en el primer socio comercial de África. Si bien desde Beijing se intenta evitar la injerencia en asuntos internos, la relación con gobiernos corruptos y autoritarios terminó siendo inevitable. Incluso se prestó ayuda militar a regímenes como el de Omar Al Bashir en Sudán, a quien además se le brindó ayuda diplomática en el seno de las Naciones Unidas. También se apoyó a Zimbabwe en la capacitación de las fuerzas de seguridad del régimen dictatorial de Robert Mugabe.

A pesar de que China no tiene problemas en tratar con este tipo de gobiernos tan cuestionados en occidente y si bien históricamente Estados Unidos apoyó dictadores en el continente, la Casa Blanca está apuntando a la buena relación con las democracias.

El presidente de China, Xi Jinping, viajó rumbo a África días después de su asunción. Una de sus paradas fue en la República Democrática del Congo, nación con grandes yacimientos petroleros y principal proveedor de madera para China. También visitó Sudáfrica, país socio en el BRICS, y Tanzania, en donde firmó alrededor de 16 acuerdos comerciales, culturales y de desarrollo. China confirmó proyectos de infraestructura para un país que tras los últimos yacimientos elevó las reservas de gas y se coloca como un actor clave del este africano.

El atraso en materia de infraestructura conlleva a que la potencia asiática deba apoyar también en la creación de ferrocarriles, puertos y oleoductos, para proveerse de las materias primas. En materia de comercio con África, China le lleva años luz a Estados Unidos. Los principales socios norteamericanos no están en el continente y si bien se busca un progreso en materia comercial, no es la clave para Washington.

La diferencia: el progreso de África y la democracia

Obama apeló a su experiencia personal para incitar a África a ponerse de pie y luchar por su futuro. Afirmando aquellos logros independentistas, el mandatario norteamericano imploró la creación de instituciones eficaces, confiables y transparentes para poder lograr sociedades democráticas y justas. Estados Unidos se quiere mostrar como una contribución hacia el desarrollo africano. En este sentido, el gobierno dio a conocer durante este viaje una nueva iniciativa para duplicar el acceso a la energía eléctrica, denominado “Power Africa”.

Estados Unidos busca enseñar el camino y diferenciarse de China, principal inversor en el continente. En sus giras por África, ambos mandatarios visitaron Sudáfrica y Tanzania. Sin embargo, Estados Unidos apuntó también a Senegal, país que celebró elecciones con resultados pacíficos y democráticos en 2012. Mientras, el gobierno chino se embarcó hacia la República Democrática del Congo, un socio conflictivo.

Si bien comercialmente se encuentra lejos de los logros alcanzados por Beijing, el gobierno de Washington no puede descuidar una región clave. Décadas atrás, el futuro era el sudeste asiático; hoy también lo es África en todo sentido; por el crecimiento económico y geopolítico de algunas naciones. La progresiva retirada en Afganistán le permite a la Casa Blanca reposicionarse en África, en donde claramente perdió terreno a manos de China. Sin embargo con este viaje, predicando la democracia en la región, Estados Unidos salió al cruce de la potencia asiática.

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