martes, 23 de julio de 2013

Una nueva fórmula para encontrar la estabilidad

El domingo pasado Japón celebró unas elecciones claves para su futuro. El problema político por excelencia de los últimos años en la nación nipona fue la falta de mayorías en ambas cámaras. Sin embargo la victoria del Partido Liberal Democrático en el Senado permitirá un gobierno fuerte, liderado por el actual primer ministro Shinzo Abe. La población dio luz verde a las reformas realizadas por el mandatario y brindó apoyo para continuar por la misma senda. Sin dudas la estabilidad política es el deseo de los japoneses.  
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Los habitantes de Japón fueron convocados el domingo para renovar la mitad de la Cámara Alta del Parlamento. La participación fue de un 52%, cinco puntos porcentuales por debajo de los comicios de 2010. El resultado era predecible, principalmente por la tasa de aprobación (60%) del Primer Ministro. Abe logró que la tercera economía del mundo entre en una fase de recuperación a través de estímulos monetarios y fiscales, lo cual le valió el soporte de un gran sector de la sociedad.

El conservador Partido Liberal Democrático junto con su agrupación aliada, la budista Nuevo Komeito, recuperó el control del Senado por primera vez en seis años. Entre ambos partidos obtuvieron 76 de los 121 asientos en disputa, alcanzando en total 135 representantes y superando el número que se necesita para tener mayoría. Si bien el apoyo fue a causa de sus logros económicos, no están tan claras las aprobaciones en lo que respecta a la reforma de la Constitución o a posibles cambios en la estrategia de política exterior.

El control del Poder Legislativo le permitirá al mandatario avanzar en las implementaciones de políticas fiscales, de crecimiento y en reformas estructurales. Abe debe combatir la deflación y continuar con la recuperación del mercado inmobiliario. Sus lineamientos, por los cuales se lo denomina “Abenomics”, le han permitido reactivar la economía a través una política monetaria laxa, un aumento del gasto público y una presión al Banco Central para inundar de dinero al mercado. Estas medidas han llevado a un mayor endeudamiento que será combatido por un aumento del IVA.

Para fortalecer su mandato, Abe deberá emprender reformas dolorosas, según el mismo declaró en conferencia de prensa. Tendrá un Parlamento desbloqueado, el gran problema que tuvieron sus precedentes, pero sin mayorías que le permitan reformar la Constitución. Sin embargo, este político de 58 años perteneciente a la larga dinastía de políticos japoneses, planea modificar el mercado laboral y aumentar los impuestos.

Un gobierno fuerte para encauzar al país

El Primer Ministro también deberá lidiar con los rumores que lo acusan de ser un excesivo nacionalista. Su agenda en política exterior no es compartida por el Partido Democrático, la principal agrupación de oposición. La revisión de la Constitución pacifista de la posguerra, el fortalecimiento del sector militar y la postura en referencia a las diferencias territoriales con Corea del Sur y China, son algunos temas en los cuales no hay consenso.

Para suavizar el artículo 9 de la Carta Magna, que hace referencia al uso de la fuerza, el gobierno necesitará el apoyo de otros partidos con representantes en el legislativo, entre los cuales se encuentran la agrupación de extrema derecha Partido de la Restauración, el Partido Comunista y el nacionalista Vuestro Partido. La reevaluación de la historia, con una diplomacia más poderosa y una presencia firme en el mundo, son aspectos que deberán discutir los japoneses. Otro tema candente para Abe será el replanteo del uso de la energía nuclear, tras el freno motivado por el accidente de Fukushima en 2011.
Lo que sí queda claro es que la población decidió por un gobierno estable para que pueda tomar decisiones y superar las divergencias de los últimos tiempos. Tras el gobierno de Juinchiro Koizumi, finalizado en 2006, la nación asiática vivió un estancamiento parlamentario, que incluso tumbó al actual primer ministro Abe en 2007, cuando éste se convertía en el mandatario más joven de Japón desde la Segunda Guerra Mundial. Los cambios constantes de líderes, la obstaculización de políticas e iniciativas dificultaron la situación política de Japón.

El Partido Democrático, que gobernó desde 2009 a 2012, sufrió una avasallante derrota en diciembre del año pasado y alcanzó en las elecciones del domingo un record negativo de votos. Ahora el partido de Abe tendrá el control de ambas cámaras hasta el 2016. Esta agrupación gobernó de forma ininterrumpida de 1955 a 1993 y tras un impasse de tres años retornó al poder hasta 2009. Sin embargo, las dos últimas décadas no han sido buenas y se las considera perdidas, tanto en materia política como económica.

Las elecciones del domingo fueron una clara señal de apoyo a las recetas que implementó Shinzo Abe desde que asumió. Además, de seguir todo por los carriles actuales, su administración catapultará a Japón a la estabilidad política que había perdido en los últimos años. El examen era decisivo para el mandatario y fue aprobado con nota. Aunque aún no se pueden saber los resultados de las decisiones de Abe, los japoneses confían en ellas.


La política económica ya es conocida pero en los próximos meses también saldrá a luz la postura del Partido con respecto a otros temas importantes para la nación. Durante la campaña electoral el lema era “Recuperar Japón”, el orgullo y la fuerza de un país que supo ser imperio. La inquietud por la vecina China, principalmente por las disputas territoriales, conllevan a que Japón busque una posición más decisiva en Asia. En un corto plazo podremos observar cuál es la estrategia de Abe y si su población la compartirá. 

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