miércoles, 28 de agosto de 2013

Informe Semanal: Tiempos de definición para Ucrania


El gobierno de Ucrania se encuentra en la disyuntiva de tener que elegir entre el bloque europeo y Rusia. Durante años se benefició del camino del medio pero las presiones de ambos lados son cada vez más grandes. El presidente del país, Victor Yanukovich, parece enfilarse hacia Europa, aunque para lograr una buena relación con Bruselas deberá solucionar el caso abierto de la ex primer ministra Yulia Timoshenko, que se encuentra en prisión. También Ucrania tendrá que lidiar con las represalias de Rusia, debido a que el presidente Vladimir Putin quiere mantener a Kiev bajo su órbita política a través de las estructuras regionales creadas.  
Unión Europea: la opción más democrática
Si bien desde Kiev se busca obtener acuerdos tanto con Rusia como con Europa, el ministro de Relaciones Exteriores, Leonid Kozhara, afirmó meses atrás que la integración como miembro de la Unión Europea es la base de su política exterior. Ucrania tiene como objetivo ser un país independiente próximo al sistema europeo, sin relegar soberanía ante Rusia. Por su ubicación en el cruce de rutas, los ucranianos quieren mostrarse atractivos a la inversión extranjera. Para ello es clave la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. Aunque Europa en este momento no este muy dispuesta a ampliar su espacio continental, el próximo noviembre en la reunión del Consejo podría firmarse un tratado de comercio con Ucrania. Este es un año clave para la relación entre ambos ya que en 2014 habrá elecciones en el Parlamento Europeo y un año después serán las presidenciales en Ucrania.
Para lograr una futura adhesión y mejorar las relaciones con Bruselas, Ucrania está cumpliendo con un plan de confecciones que incluye cambios en el sistema judicial, lucha contra la corrupción, reformas económicas y modificaciones en la legislación electoral. Sin embargo el punto clave a superar es el trato que se le da a Yulia Timoshenko. La ex primer ministra fue arrestada el 5 de agosto de 2011 y llevada a una prisión preventiva antes de ser sentenciada. Esta situación le generó problemas de imagen a Ucrania en el ámbito internacional y reclamos para su liberación por parte de Catherine Ashton y Hillary Clinton, entre muchos otros. En su momento Bélgica, Francia y Reino Unido amenazaron con boicotear eventos deportivos y cumbres que se realicen en territorio ucraniano. Timoshenko, considerada una rival de Rusia por sus políticas orientadas hacia Occidente, había tenido procesos legales en su contra pero fueron cerrados luego de las elecciones de 2004.
Destrabar el acercamiento
En octubre de 2011 Timoshenko fue culpable por extralimitarse en sus funciones en  la firma de un acuerdo de importación de gas con Rusia, que según dicen le provocó pérdidas al país por más de 200 millones de dólares. La ex mandataria fue culpada por abuso de poder y por establecer contratos altamente onerosos para Kiev. Por ello fue condenada a 7 años en una prisión en Jarkov. Hasta el momento, la mayor parte del tiempo Timoshenko estuvo en un hospital, en donde se la trata por un problema en su columna. Su persecución no finaliza allí, también fue acusada de complicidad en un asesinato por encargo hace más de diez años. Por último se le implicó una causa penal por haberle endosado al Estado una deuda que su corporación había contraído con el Ministerio de Defensa de Rusia. Las condiciones de su encarcelamiento fueron polémicas porque se acusó a la Policía de malos tratos, aunque el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, situado en Estrasburgo, negó esa acusación.
Más allá de posibles errores que Timoshenko pueda haber cometido durante su estadía en el poder, el gobierno buscó eliminarla de la vida política para que no se presente a futuras elecciones y que el partido del presidente Victor Yanukovich tenga vía libre. Se puede decir que los distintos procesos fueron un ajuste de cuentas y una venganza política. La figura de Timoshenko es muy controversial, generando admiración y odio, pero la oposición a la Unión Aduanera rusa le trajo muchos enemigos del otro lado de la frontera. Es bueno recordar que en las elecciones de enero del 2010 el presidente Yanukovich superó en las urnas a Timoshenko con un 49% frente a 45%. Si bien al principio ella se negó a reconocer su derrota electoral, al tiempo retiró la impugnación ante los tribunales. Cabe destacar que los observadores internacionales valoraron positivamente los comicios.
Para destrabar la situación con la Unión Europea, Ucrania debería aceptar la demanda del Tribunal de Estrasburgo y excarcelar a Timoshenko. En las últimas semanas se anunció la posibilidad de dejarla en libertad, buscando un camino intermedio. El gobierno ya comenzó con la liberación de algunos funcionarios de aquel entonces, el ministro del Interior Lutsenko y el de Medio Ambiente Filipchuk, acusados por mal uso de fondos públicos. Con estas decisiones se intenta tender puentes con Bruselas. Una opción posible es dejar que Timoshenko se vaya a Alemania para tratar sus problemas de salud, sin embargo el oficialismo no quiere su retorno a la política y busca una fórmula para evitar su postulación a las elecciones de 2015. La opción de una condena económica sería con el objetivo de desestabilizar y dañar su economía, de forma tal que no pueda hacer campaña en contra del actual presidente.
La represalia de Rusia
Las consecuencias para Ucrania del acercamiento a Europa es la reacción de Rusia. Moscú considera incompatible las relaciones económicas con ambos y si bien niega haber emprendido una guerra comercial, es claro que se intenta evitar el avance de Kiev hacia Occidente y un posible tratado de asociación con la organización continental europea. Las represalias se pueden observar  principalmente en el comercio, a través de suspensiones y trabas a los camiones que llevan mercancías hacia territorio ruso. El objetivo de Putin es llevar a Ucrania hacia su Unión Aduanera junto a Bielorrusia y Kazajstán, de la cual el gobierno de Kiev ya tiene rango de observador con una participación que incluye voz pero no voto. La Unión Aduanera es el mayor socio comercial de Ucrania, representando más del 50% del intercambio comercial.
Según Putin este proyecto es la única forma de que Ucrania sea competitivo, ya que Rusia es su principal socio. Seguramente Moscú continúe presionando a Yanukovich de aquí a noviembre. Lo que tiene para ofrecer Rusia es una integración económica a través del suministro más barato del gas. Lo que está haciendo Putin es poner a Ucrania entre la espada y la pared, obligándolos a elegir entre ellos o Europa.
Hace algunos meses el mandatario ruso viajó hacia Ucrania predicando la idea de “un solo pueblo”. Apeló a la unidad cultural y religiosa con Ucrania y Bielorrusia para la conformación de un espacio común. Durante su viaje en julio, aprovechando el 1025 aniversario de la cristianización de Rusia tras la conversión del príncipe Vladimir de Kiev, se entrevistó con el presidente Viktor Yanukovich pero sin lograr mayores resultados. Los intentos de mantener a Ucrania bajo su órbita traspasaron las líneas estatales e incluyó también el espacio religioso. La Iglesia cristiana ortodoxa es una de las entidades más ricas de Rusia con un papel privilegiado en la sociedad actual. Tras obtener su espacio ideológico ante el vació dejado por los comunistas, el Patriarca Kiril, afín a Putin, busca el liderazgo del espacio postsoviético, que por supuesto incluye Ucrania.
Arquitectos de su propio futuro
La situación política de los últimos años en Ucrania es inestable, marcada por el autoritarismo y la corrupción. En 2004 se formó un movimiento popular que se manifestó contra el fraude electoral. La denominada Revolución Naranja se produjo por protestas masivas ante las irregularidades en el recuento de votos que en aquel entonces derivó en la realización de una tercera cita electoral. Luego de esos comicios Timoshenko asumió como primer ministra en el gobierno de Yushenko pero al tiempo dejó el cargo por discrepancias. Retornó al cargo nuevamente en setiembre de 2007 hasta abril de 2010 cuando Yanukovich venció en las presidenciales.
En las últimas elecciones legislativas, celebradas en octubre de 2012, Timoshenko tuvo que votar en la cárcel. En dichos comicios se impuso el Partido de las Regiones del presidente ucraniano Yanukovich, contando con el apoyo de sus aliados comunistas. El partido Batkivshina, que reúne a los seguidores de Timoshenko, se ubicó en segundo lugar. Además de estas dos grandes fuerzas políticas lograron buenos resultados la agrupación del campeón mundial de boxeo Kiltscho (14%), el Partido Comunista (12%) y la extrema derecha Svoboda (12%). Si bien hubo acusaciones por abuso de recursos gubernamentales, el resultado reforzó al oficialismo para las presidenciales de 2015. 
El gobierno de Yanukovich, en un principio cercano y colaborador de Rusia, se valió del camino del medio en política exterior, manteniendo buenas relaciones tanto con Moscú como con Bruselas. Sin embargo José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, le dejó claro a Yanukovich que el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea era incompatible con el proyecto de asociación ruso. Rusia, que quiere oficiar como un intermediario entre Asia Central y Ucrania, le teme al acercamiento de Ucrania con la Unión Europea así como también al partido de Timoshenko, que planea revisar los acuerdos de venta de gas que se firmaron con precios ventajosos para Moscú.
Ucrania no quiere ser una marioneta de Rusia ni perder soberanía. Este país de 46 millones de habitantes posee una ubicación estratégica para llevar el gas y el petróleo a Europa, funcionando como eje entre dos zonas claves del mundo. Sin embargo se encuentra acorralado al no querer desprenderse totalmente de Moscú, por la importancia de este país en su economía. A su vez, además de luchar contra la presión de Putin, Yanukovich deberá seguir adelante con sus cambios económicos y democráticos para poder cumplir los requisitos de Bruselas. Ucrania aún está muy lejos de la Unión Europea, principalmente por los valores democráticos. Deberá en el corto plazo tomar decisiones claves para acercarse a Europa como la excarcelación de Timoshenko. Sin embargo los años que le lleve buscar la adhesión pueden ser muy costosos por la represalia rusa. 

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