miércoles, 20 de febrero de 2013

Aumenta la crisis en Túnez

El primer ministro Hamadi Yebali renunció al no recibir apoyo político para formar gobierno

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La crisis que comenzó con el asesinato del líder opositor Chukri Belaid se amplió en los últimos días. Ante las manifestaciones populares, el jefe de gobierno de Hamadi Yebali planteó la necesidad de conformar un ejecutivo integrado por tecnócratas. Esta decisión no fue aceptada por su propio partido, el islamista moderado  Ennahda. Tampoco contó con el apoyo del sector mayoritario secular – Congreso por la República – quien retiró sus tres ministros del gobierno. Debido a esta situación, Yebali comunicó este martes su renuncia al presidente Moncef Marzouki.          
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Luego de la revolución que dio por finalizada la dictadura de Ben Alí, el gobierno de Túnez lo integran tres  grandes partidos: Ennahda es el mayoritario, tras haber obtenido 40% en las elecciones de octubre del año pasado. Un segundo grupo es el partido laico de Marzouki, el gobierno lo completan los socialdemócratas de Atakol. Las confrontaciones entre islamistas y laicos se dan desde la caída del gobierno anterior en enero del 2011 y esto influye en la situación actual. Los islamistas junto a los salafistas demostraron ser mayoría, mientras que los laicos cuentan con el apoyo de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), el sindicato más poderoso del país.

Tras la muerte el 6 de febrero de Chukri Belaid, a mano de dos personas aún no identificadas, comenzaron masivas manifestaciones. La población se volcó a la calle para exigir justicia por el asesinato del político de la oposición e integrante del Frente Popular. Las protestas frente al Ministerio del Interior y las acusaciones por parte de los familiares a los islamistas caldearon el ambiente. Belaid había sido un gran crítico del gobierno y de las denominadas Ligas para la Protección de la Revolución, una especie de milicia armada del partido Ennahda. La situación obligó al primer ministro Yebali a dar una respuesta. Para ganar la confianza nuevamente del pueblo, que da muestras de no confiar en la clase política actual,  propuso un gobierno de expertos, que como ya vimos no fue posible.

En busca de la democracia

La ex colonia francesa logro la independencia tras luchar por de más de 20 años. Liderando el partido NeoDestur, el padre de la patria Habib Bourguiba fue el primer presidente de la nación. Reelecto en numerosas oportunidades, gobernó el país por 30 años con una política occidentalista y de represión a las corrientes fundamentalistas.  En 1987 el gobierno del Partido Socialista Desturiano sufrió un golpe de estado encabezado por el primer ministro Zine El Abidine Ben Alí que se erigió como presidente. Cada cinco años este personaje de la historia de Túnez se presentaba a unas elecciones que finalizaban con resultados fraudulentos de 90% de aprobación al gobernante.

La dictadura de Ben Alí comenzó a caer en diciembre de 2010, cuando en la ciudad sureña de Sidi Bouzid, un joven se prendió fuego para expresar su descontento con la situación social. Antes de los treinta días el presidente debió huir a Arabia Saudita ya que las protestas habían llegado a la capital, Túnez, con la única consigna de tumbar al régimen. El 23 de octubre se celebraron las primeras elecciones legislativas libres del país, las cuales ganó el partido Ennahda, acordando un gobierno tripartito. Tras la renuncia de Yebali, el presidente deberá nombrar un nuevo primer ministro que forme gobierno. Túnez se encuentra en la encrucijada de lograr un acuerdo entre islamistas y laicos. El proceso de transformación del país aún sigue abierto, instalándose la duda de si estamos transitando un camino a la democracia. El partido islamista Ennahda se ha mostrado ambiguo en este sentido, pero tendrá una nueva oportunidad de acordar con el resto de los partidos para seguir liderando el camino que inició la revolución. En caso de que fracasen otra vez, la situación podría complicarse aún más y sepultar los logros que se alcanzaron durante la primavera árabe. 

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