miércoles, 30 de octubre de 2013

Arduas negociaciones se esperan en República Checa

Muchas veces las elecciones en Europa no arrojan un ganador. Este es el caso de los comicios que se realizaron el sábado en República Checa. Los socialdemócratas fueron los más votados pero con un parlamento fragmentado, deberán negociar con otros partidos para poder formar gobierno. Los grandes perdedores fueron los conservadores, castigados por los casos de corrupción.
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Siete son las agrupaciones políticas que estarán representadas en el Parlamento durante los próximos cuatro años en República Checa. Aunque con la inestabilidad política que existe en el país, nadie puede descartar que se realicen elecciones en breve. El partido más votado el sábado fue el socialdemócrata CSSD con un 20.7%, lo que significó 52 de los 200 diputados en juego. El resultado no fue bueno para los liderados por Bohuslau Sobotka, ex ministro de Finanzas de 2002 a 2006, ya que las encuestas le daban varios puntos más. Por lo tanto se puede definir como una victoria con sabor a poco para el ex jurista, debido a que si bien tiene las mayores posibilidades de convertirse en el próximo primer ministro, deberá negociar arduamente.

El ganador moral de las elecciones parece ser Andrej Babis, el segundo hombre más rico del país. Este multimillonario lidera el movimiento populista Alianza de Ciudadanos Descontentos que obtuvo un 18%. El grupo centrista se fundó en 2011 y en su primera participación en los comicios logró 48 escaños. Esta nueva agrupación se presenta como antipolítica y no es seguro que integre el gobierno, debido a que su objetivo principal no es liderar el país sino que se aprueben algunos puntos de su programa partidario. El empresario del sector agroquímico, ex miembro del Partido Comunista en la década del ochenta, obtuvo muchos votos de aquellos cansados por la crisis política.  

El Parlamento se completará con otras cinco agrupaciones políticas. Los comunistas obtuvieron 15% de votos (34 diputados), lo que supone un crecimiento de tres puntos porcentuales con respecto a la última legislatura. Los liderados por Voljtech Filia son los aliados naturales de la centro izquierda y buscarán su primera participación en el gobierno. El cuarto lugar lo ocupó el partido liberal Top 09, integrante de la última coalición de gobierno. Obteniendo un 11% de los votos, logró 25 diputados. Los otros tres partidos rondaron el 7%, uno de las cuales es la agrupación histórica, Democracia Civil, que en la anterior elección obtuvo un 20%. Alborada de la Democracia Directa, grupo de un senador populista de origen japonés, y la Democracia Cristiana, que vuelve al Parlamento, completan el diagrama legislativo checo. 

Ganó el voto castigo

El gobierno que se formará en las próximas semanas será el tercero en lo que va del año. El primero, liderado por Petr Necas, cayó en junio por un escándalo de corrupción que incluyó a la jefa de gabinete. Tras este hecho asumió un ejecutivo tecnócrata que en agosto no superó una moción de censura. Desde 1993 dos partidos se alternaron en el poder, la social democracia y el Partido Democrático Civil de centro derecha. Estos últimos gobiernan desde hace 7 años pero el descontento social, la inestabilidad política y el desempleo del 9%, inédito en el país, lo hundieron en las elecciones del sábado.

El gran desafío para la socialdemocracia será formar un gobierno estable. Sin embargo esto no será una tarea fácil ya que incluso con los escaños de los comunistas no le alcanza para formar mayoría. También le jugó en contra que el pequeño partido socialdemócrata SPOZ, del presidente Milos Zeman, quedara fuera del Parlamento tras no llegar al mínimo del 5%. Su participación hubiese dado un apoyo en la formación de gobierno. A pesar de ello Sobotka declaró que está dispuesto a hablar con todos los partidos, menos los que estuvieron en el ejecutivo anterior.


La población checa mandó un mensaje claro al votar por los partidos de protesta y en contra del statu quo. Adjudicó un nuevo bloque en el Parlamento, una tercera opción a la dinámica histórica de la izquierda (socialdemócrata y comunista) y conservadores (Democrático Cívico, Top 09). La democracia cristiana y los dos partidos populistas nuevos serán claves para las negociaciones en las próximas semanas, en las que Sobotka tendrá que trabajar mucho para encontrar consensos y no gobernar en minoría. Otra de las conclusiones que surgen de esta elección es que no es la primera vez que una población vota por un candidato multimillonario cuando se producen casos de corrupción, arraigados al concepto que al ser un hombre rico no va a robar de las arcas del Estado.  

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