Por su crecimiento
económico, los “pequeños dragones asiáticos” e India desviaron la atención del
mundo hacia esta región. El aumento de las clases medias, la emergencia de
países densamente poblados y la lucha entre China y Estados Unidos por el
liderazgo en la zona son los temas más estudiados. Sin embargo los focos de
violencia interreligiosos que surgen en países como Myanmar o India nos abren
los ojos sobre futuros conflictos en el Sur y Sudeste de Asia.
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Para
analizar el surgimiento de los problemas interreligiosos en la región podemos
agrupar a los países en cuatro grupos. Primero
debemos destacar los países con mayoría abrumadora musulmana como Malasia (60%), Indonesia (86%) y Bangladesh (89%). Un
segundo grupo son las naciones en
donde predomina el budismo, tales
como Camboya (96%), Tailandia (94%), Myanmar (89%), Sri Lanka (69%) y Laos
(67%). A India la consideramos como un tercer polo en la región por su
magnitud en términos de población. La misma tiene una predominancia hinduista pero con un 13% de musulmanes,
lo que supone alrededor de 140 millones de fieles del Islam. Por último
destacamos a Filipinas, único enclave cristiano en la zona por la histórica
influencia colonial española.
En
los últimos meses Myanmar fue
noticia por el conflicto entre budistas
y musulmanes. Los enfrentamientos se habían reanudado el año pasado en el
norte del país, generando miles de refugiados y más de 200 muertos pero en setiembre
la novedad es la firma de paz que se estableció entre ambas comunidades. La ex
Birmania, con sus 60 millones de habitantes, fue gobernada desde 1962 a 2012 por una dictadura militar y
actualmente posee un gobierno reformista. En dicho país viven los Rohingya, musulmanes de origen bangladeshí,
que suponen la etnia sin estado más numerosa de Asia (800 mil). Este sector de
la población acusa al gobierno actual, encabezado por Thein Sein, de realizar una campaña de limpieza étnica en su contra.
Además cuentan con el apoyo de la comunidad internacional que instan al mandatario
a normalizar la situación dentro de los cambios que se están emprendiendo.
Un
grupo nacionalista religioso, encabezado por el monje budista Ashin Wiratho, apodado el “Bin Laden
Birmano” y preso hasta el año pasado por incitar al odio religioso, realizó
propaganda islamófoba provocando un espiral de violencia y dejando cientos de
muertos. Estos nacionalistas buscan proteger su cultura, la seguridad nacional,
asociando al Islam con el control extranjero de las finanzas y para evitar su
intromisión, proponen limitar los matrimonios interreligiosos. En agosto de
este año decenas de casas fueron destruidas en un barrio de mayoría musulmana
tras la supuesta violación de una mujer budista por parte de un seguidor del
Islam. Esta persecución obliga a los musulmanes a huir a países como Malasia o
al vecino superpoblado Bangladesh, en donde si bien hay campos de refugiados
los Rohingyas no han sido del todo bien recibidos ya que son considerados
inmigrantes ilegales.
Con
los desplazamientos se está exportando un conflicto local a la región. Muestra
de ello es el asesinato en diciembre del año pasado de tres budistas birmanos
en la capital de Malasia, Kuala Lumpur, un hecho que fue señalado como
represalia por lo que sucede en Myanmar. Escaramuzas similares a la de Malasia
ocurren en Indonesia, el país con más seguidores del Islam y donde opera Jemaah
Islamiyah, rama de Al Qaeda. En abril de este año se produjo un choque entre
refugiados birmanos en la región de Sumatra y un mes después, en la capital del
país Yakarta, dos activistas musulmanes fueron acusados de querer atacar la
Embajada de Myanmar.
Las
últimas noticias provienen de India
Los
hechos que ocurrieron en Myanmar tuvieron repercusión también en India. En
agosto del 2012 miles
de musulmanes marcharon en Mumbai para protestar por las matanzas registradas
en la región de Assam y en la ex Birmania, manifestación que terminó con problemas
con la Policía. En julio de este año en el noroeste de India nueve bombas
explotaron en el templo budista Bodh Gaya, lugar sagrado para la religión. Además, en los últimos días al menos 15
personas murieron en enfrentamientos entre musulmanes e hindúes en el norte, en
el estado de Uttar Pradesh, tras el ataque de un grupo hindú a una mezquita. Por
su cercanía con Pakistán, país musulmán donde operan grupos muyahidines, la
estabilidad de India es fundamental para la región.
En
el resto de los países de la zona las situaciones son diversas pero todas con
un denominador común: un futuro de tensión por la convivencia de religiones. Tailandia es noticia desde hace ocho
años por la revuelta separatista de corte islámico en las provincias del sur,
provocando la huída de miles de familias budistas. Los musulmanes se sienten
discriminados por el gobierno tailandés y exigen la creación de un Estado
islámico en las provincias de Pattani, Yala y Narathiwat. Tras la firma en
febrero de un acuerdo para iniciar conversaciones y poner fin a la violencia, las
negociaciones de paz fueron suspendidas por discrepancias.
En
Filipinas se desarrolló por más de
40 años un conflicto en el sur del país entre el gobierno y el Frente Moro de
Liberación Nacional, con un saldo de 100.000 muertos y 2 millones de
desplazados. A fines del 2012 se firmó un acuerdo de paz que prevé para 2016 la
creación de una región autónoma en Mindanao pero los combates continúan. En Sri Lanka, país que dejó atrás 25 años
de conflicto armado entre el gobierno y la guerrilla de la minoría Tamil, surgió
la organización budista radical, Bodu Baka Sena. Este grupo predica la
intolerancia al Islam y realizó boicots a los comercios de los musulmanes, que
representan el 10% de los 22 millones de habitantes. De esta forma se han
producido ataques contra mezquitas y manifestaciones para prohibir el sistema
de clasificación de alimentos halal. En Camboya,
la minoría musulmana (los cham) posee excelentes relaciones con el gobierno. Sin
embargo cierto sector se está viendo influenciado por las tradiciones islámicas
extranjeras que llegan al país, lo cuál genera mayor atención por las posibles
infiltraciones de ramas extremistas.
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