El novato sin
afiliación política Andres Kiska obtuvo un 58% de los votos en segunda vuelta
de las presidenciales. A pesar de ser una función principalmente honorífica, su
victoria evita la concentración de poder en manos de los socialdemócratas. La
llegada de un outsider a la jefatura de Estado da muestra de un fenómeno que se
repite en el continente europeo.
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Andres Kiska, ingeniero eléctrico de 51 años, fue
directivo de grandes empresas financieras hasta el 2005 que entró en la
política. Un año después fundó una organización sin fines de lucro para apoyar
a familias sin recursos, apuntando al sistema social y la asistencia sanitaria.
Como político, su campaña se basó en un discurso agresivo contra la corrupción
y el sistema judicial, apuntando a una nueva forma de hacer política. Su slogan
fue “humanizar Eslovaqua”. Kiska, que será el primer presidente de esta nación
de cinco millones de habitantes sin pasado comunista, logró atraer a gran parte
del electorado de centro derecha.
En la primera ronda Kiska se ubicó en el segundo
lugar tras lograr el 23% de las preferencias, cuatro puntos por detrás del
socialdemócrata Robert Fico. Los otros dos candidatos que más votos obtuvieron
fueron el conservador Radoslav Prochazka (21%), legislador independiente y
Milan Knazko (12%), figura de la Revolución Terciopelo que terminó con el
comunismo en 1989. Estos dos últimos candidatos que quedaron eliminados
brindaron su apoyo a Kiska para el balotaje. El objetivo de estos era evitar
que el partido Smer de Robert Fico lograra el control total del parlamento (que
ya lo tiene) y la presidencia.
Contrapeso para los socialdemócratas
El derrotado en segunda vuelta fue Robert Fico,
quien obtuvo un 40% de los votos. Primer Ministro desde 2012, fue quien llevó
al país a la zona euro en su anterior mandato (2006-2010). Este pro europeo de
49 años sufre el desgaste y descontento lógico de una política con disciplina presupuestaria. Fico es el
político más popular e influyente de los últimos años en Eslovaquia. Su partido
(Smer) es la agrupación más votada en las tres elecciones legislativas
anteriores. Actualmente controla el Congreso con mayoría (84/150 escaños). Históricamente
Fico se posicionó como una alternativa de los gobiernos de corte liberal que
gobernaron desde 1998 a 2006, administraciones de centro derecha con líderes
actualmente desacreditados por casos de corrupción.
Kiska asumirá el 15 de junio cuando finalice el
segundo mandato del izquierdista Ivan Gasparovic. Su principal función será el
nombramiento de cargos en la fiscalía y el sector judicial, así como ser un
contrapeso al Parlamento en manos de los socialdemócratas. También su victoria
supone un alto en la política tradicional de este país soberano desde 1992.
Eslovaquia tuvo un fuerte desarrollo industrial en el último tiempo fruto de la
fuerte presencia de empresas extranjeras que se instalaron luego de la
desregulación del mercado de trabajo. Sin embargo el combate a la corrupción aparece
como el desafío más grande para este pequeño país.
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