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El objetivo de esta
nueva entrega semanal es investigar la sociedad comercial creada por Chile, Colombia, Perú y México. Esta
semana se realizó la VII Cumbre Alianza
del Pacífico en la ciudad de Cali, lo cual abre un espacio de análisis con
respecto a la integración latinoamericana. En el informe nos proponemos
estudiar la creación de esta alianza, la situación comercial de cada uno de los
países, la adhesión de Costa Rica y
el futuro de esta asociación como alternativas a otros bloques comerciales.
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Los cuatro países
fundadores de la Alianza del Pacífico se reunieron en Colombia en busca de
acordar los detalles para bajar las trabas arancelarias, que incluirán en una
primera fase el 90% del comercio. Los mandatarios Juan Manuel Santos de Colombia, Ollanta Humala de Perú, Sebastián
Piñera de Chile y Enrique Peña Nieto
de México fijaron el 30 de junio como próxima fecha para definir el acuerdo y
especificar la lista de productos que serán excluidos. La Cumbre fue un impulso
para esta alianza que apunta a la integración regional en el área del comercio
pero no excluye otros ámbitos como el turismo, aspectos diplomáticos e
intercambio de información. La puerta se encuentra abierta a nuevos socios y el
primero en acceder será Costa Rica, por impulso de su mandataria Laura Chinchilla. Los países
observadores ya son 16, lo que convierte a esta alianza en un verdadero éxito
tras un año de creación.
Doce meses desde el
comienzo
En junio de 2012 los
presidentes de cuatro países latinoamericanos acordaron la creación de un
bloque regional en la ciudad de Atacama, Chile. Estas naciones, que representan
un tercio del Producto Bruto Interno
(PBI) de América Latina, son los principales Estados hispanos con costas al
Océano Pacífico. El objetivo principal de esta iniciativa es el aumento
comercial y los contactos con la región de Asia
Oriental. La alianza supone un mercado de 207 millones de consumidores y
agrupa economías que han tenido un gran crecimiento en los últimos años, con
una tasa mayor a los países del Mercosur.
Chile, Colombia y México son de los países con economías más abiertas al
exterior y caracterizados por haber firmado un Acuerdo de Libre Comercio con Estados
Unidos. La coalición no apunta a la confrontación ideológica y si bien
apunta directamente al comercio, no deja afuera la lucha contra la pobreza. Hasta
el momento se han celebrado siete cumbres, lo que denota el éxito de la iniciativa.
El ex presidente de
Perú, Alan García, fue el promotor e
ideólogo de la alianza en abril de 2011.
El actual mandatario incaico, Ollanta Humala, heredó el proyecto de su
antecesor y le dio impulso. La misma situación ocurre en México, ya que al
momento de crearse la confederación el presidente era Felipe Calderón del Partido
Acción Nacional. El presidente colombiano Santos invitó en aquel entonces a
nuevos socios, ya que la agrupación se presentaba como compatible con otros
procesos de integración latinoamericanos. Los primeros dos países observadores
fueron Costa Rica y Panamá pero la
lista se amplió e incluso varias naciones quieren lograr esa calidad, entre
ellos Francia, Portugal, Honduras, Paraguay, Ecuador, El Salvador y República
Dominicana.
La apertura como
principal objetivo
Las metas de esta
alianza pragmática crecen día a día con el principal objetivo de constituir un
espacio libre de circulación de personas y bienes. Los países se propusieron
ampliar la red de oficinas comerciales, compartiendo las de Casablanca y Estambul, y dándole
coordinación a las estrategias de exportación agrupadas en las organizaciones
PromPerú, ProChile, ProExport y ProMéxico. También se elaboraron campañas de
promoción de turismo de forma conjunta. Los lanzamientos de becas para
estudiantes, así como el visado único con validez para los cuatro países, brindándole
oportunidad de incluir temas culturales, clave para todo proceso de
integración. Promover mecanismos para intercambiar información fiscal, la lucha
contra la corrupción y la evasión de impuestos, también constituyen elementos
fundamentales. Un paso importante fue la formación de una unión de los mercados
bursátiles de Chile, Colombia y Perú. Los valores que le dan contexto a esto radican
en la vigencia del Estado de derecho, la separación de poderes, el libre
comercio, el respeto a la propiedad privada y el fomento de la competencia.
También aparece como clave el fomento de la inversión extranjera y la seguridad
jurídica. Los principios apuntan a generar bienestar, a través del empleo y la
calidad de vida.
La reunión que supuso
el traspaso de la presidencia temporal de Piñera a Santos contó con la
presencia de los mandatarios de España,
Mariano Rajoy y el de Canadá, Stephen Harper. Además no faltaron a la cita delegaciones de Australia, Nueva Zelanda, Uruguay y Japón.
La cumbre también sirvió como marco para la reunión de 400 empresarios. La
presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, acordó abrir conversaciones
formales de adhesión. El país centroamericano firmará este año un Acuerdo de
Libre Comercio con Colombia, ya que una condición para ingresar es tener convenios
de estilo con todas las naciones que conforman la unión. La mandataria dejó en
claro que los países deben dejar atrás las ideologías y las consignas para
asumir temas pendientes en torno al desarrollo. Otto Pérez, mandatario de Guatemala,
expresó su interés en ingresar formalmente. Para finales de este año también se
prevé el ingreso de Panamá, a impulso del presidente Ricardo Martinelli. Ecuador mostró un acercamiento a pesar de
formar parte del eje bolivariano creado por el fallecido presidente venezolano,
Hugo Chávez.
Lineamientos
consensuados
México busca expandir su agenda internacional más allá de los
temas relacionados al narcotráfico. Peña Nieto recibirá al presidente de China, Xi Jinping, para acelerar las relaciones e intentar reducir el
déficit comercial. Desde las últimas presidencias del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la década del
noventa, continuadas por las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón,
México ha firmado decenas de acuerdos comerciales. La nación apunta por la
iniciativa privada y el intercambio comercial para la generación de empleo.
Chile, desde la dictadura de Augusto
Pinochet, posee una apertura hacia el exterior, que fue continuada por los
gobiernos izquierdistas de la Concertación
para la Democracia. El partido derechista de Piñera seguramente pierda las
próximas elecciones previstas para noviembre de este año. La posible victoria
de Michelle Bachelet no cambiaría en
nada la participación de Chile en la Alianza del Pacífico, porque la política
comercial trasciende agrupaciones políticas.
Ollanta Humala asumió
la presidencia en julio de 2011 tras ganar los comicios en segunda vuelta. Al
mandatario se lo veía como próximo a la Alternativa
Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), sin embargo se lo ve cómodo
en la alianza, con su objetivo de mantener relaciones amistosas con todos los
países. Las políticas neoliberales de Perú vienen desde la época de Alberto Fujimori, Alejandro Toledo y Alan
García. Humala, si bien ha intentado darle una impronta social a su
gobierno, ha continuado contra todos los pronósticos con las políticas de
apertura en materia comercial. Colombia, inmerso en las negociaciones de paz
con las FARC, no descuida la lucha
contra la pobreza y la desigualdad. Santos continúa la estrategia utilizada por
los últimos gobiernos con respecto a la firma de Acuerdos de Libre Comercio y
apertura económica. En una mezcla de recuperar dignidad y relevancia en los
escenarios mundiales, Colombia, tercer país más poblado de Sudamérica, se ve
muy beneficiado por esta alianza.
La mejor opción a
futuro
La alianza busca dar
pasos prácticos para cumplir objetivos sensatos y no vivir situaciones como las
de otras organizaciones latinoamericanas. El Pacto Andino, creado en 1969
entre Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia,
se encuentra fracturado por la negociación del acuerdo comercial con la Unión Europea. El Mercosur creado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, temporalmente
suspendido, es el bloque más grande de Latinoamérica y este año concretó el
ingreso de Venezuela. Sin embargo,
las barreras de protección que se imponen entre los socios y las disputas
internas frenan el dinamismo de la organización. Si bien Venezuela y Argentina son
mercados atractivos para la Alianza del Pacífico, su modus operandi no coincide
con las propuestas de libertad económica pautadas. Los integrantes de la nueva coalición
afirman que no intentan ser una alternativa de otros procesos, pero la realidad
es que buscan tomar distancia del ALBA y de la hegemonía continental de Brasil, representada en el Mercosur.
La integración de América Latina y Asia genera
expectativa. Esta alianza innovadora constituye una nueva unidad que permite un
nexo entre Asia y el resto de las economías. China es el primer cliente del
subcontinente y un gran consumidor de materias primas, hacia allí deben apuntar
las naciones latinoamericanas. Es clave que los países que entren cumplan con
los requisitos y objetivos para que no se desnaturalice la alianza ha medida
que crece. Hay quienes ya denominan a Chile, Colombia, Perú y México como los
tigres de Latinoamérica, haciendo un paralelismo con las naciones que lograron
un gran crecimiento en Asia Oriental. Los cuatro países conforman un bloque que
representa el 3.5 % del PBI mundial y la octava economía. El objetivo principal
del éxito radica en neutralizar los sectores que se puedan ver desfavorecidos
en cada uno de los Estados. No caben dudas que este es el momento de América
Latina para cerrar las brechas de la desigualdad en cada uno de los países. Para
superar este problema endémico, las estrategias de Alianza del Pacífico parecen
ser las adecuadas.