En términos geográficos Nueva Zelanda es uno
de los países más aislados del mundo, seguramente esta sea una de las causas de
una política de inserción internacional ejemplar. Ubicada a unos 2.000 kilómetros
de su vecino más cercano, la ex colonia británica comprendió los cambios que
trajo la globalización y realizó una apertura económica que le permitió
adaptarse a los flujos comerciales.
Una caminata por Auckland, ciudad más
poblada y capital económica del país, muestra a las claras que la estrategia de
inserción internacional se complementa con la visión de un país globalizado.
Nueva Zelanda es uno de los países de la OCDE con mayor población nacida en el
extranjero. Los inmigrantes, provenientes principalmente desde Asia, han ido
aumentando con el correr de los años, convirtiendo a Auckland en una ciudad
cosmopolita a pesar de tener tan sólo 1.2 millones de habitantes.
Cuando se analiza la economía neozelandesa
existen dos grandes aspectos a considerar: un mercado doméstico pequeño y la
distancia que lo separa de los grandes centros económicos. El aumento de los
costos de transporte por la lejanía tiende a reducir el comercio por la
existencia de lo que se denomina un “impuesto de distancia”. Sin embargo, en
los últimos tiempos la economía se ha visto beneficiada por el aumento de los
intercambios con China y otros mercados emergentes asiáticos, principalmente
por la demanda de alimentos y productos lácteos.
Para un país pequeño y aislado es fundamental
la promoción de políticas de libre comercio. En el caso de Nueva Zelanda esto
se ve reforzado ya que las exportaciones de bienes y servicios corresponden a
un 30% de su PBI. Desde 1983 asumieron gobiernos que se comprometieron con la
reestructuración económica. Proyectos que se denominaron Rogernomics y
Ruthanasia posibilitaron una economía abierta, flexible y dinámica. Las
reformas de los ochenta y noventa permitieron también la eliminación de las
barreras comerciales, abriendo la economía al capital extranjero y al comercio
internacional, con la posterior firma de diversos Tratados de Libre Comercio
(TLC).
El primer acuerdo de China con un país
desarrollado se firmó con Nueva Zelanda en abril del 2008 luego de una
negociación de tres años. A través del mismo, el 96% de las exportaciones
neozelandesas se aseguraron la entrada a un mercado de 1.500 millones de
personas. El TLC con China también se complementa con un acuerdo de asociación
económica con Hong Kong. Las negociaciones con el gigante asiático fueron
pensadas en términos estratégicos, con motivo de participar del proceso de
integración de Asia oriental. En este sentido ya se había firmado en 2005 un
acuerdo estratégico traspacífico con Chile, Brunei y Singapur.
Nueva Zelanda junto a Australia firmaron en
febrero de 2009 el Tratado de Libre Comercio con la ASEAN, Asociación del
Sudeste Asiático de Naciones que componen diez países (Indonesia, Malasia,
Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Myanmar, Camboya, Laos y Vietnam). El
tratado que incluye secciones sobre inversión y propiedad intelectual entró en
vigor a comienzos de 2010. Este hecho supone un gran beneficio para las
empresas exportadoras que accedieron a un mercado de 600 millones de personas.
El 99% de los productos neozelandeses ingresan a Indonesia, Malasia, Filipinas
y Vietnam libres de impuestos.
Con la visita del primer ministro neozelandés,
John Key, a India, ambas naciones se acercan a un Tratado de Libre Comercio. Se
han completado, hasta el momento, cinco rondas de negociaciones que permitirían
para comienzos del 2012 la firma del acuerdo. No caben dudas que Nueva Zelanda
sigue apostando al continente asiático, años atrás se iniciaron reuniones con
Rusia y Corea del Sur para lograr la mayor cantidad de acuerdos bilaterales
posibles.
La inserción internacional es un aspecto clave
para las estrategias de desarrollo; mas allá que es fundamental para una
economía pequeña, es un determinante para la tasa de crecimiento a largo plazo.
Con sus políticas de apertura, este país de menos de 4 millones de habitantes
se ubica en el cuarto lugar a nivel mundial en el Índice de libertad económica
generado por The Wall Street Journal. A través de las reformas realizadas en
los años noventa y la firma de Tratados de Libre Comercio con diversos países,
Nueva Zelanda ha reducido las distancias con sus principales socios
comerciales.
En el contexto de la crisis mundial, los
dirigentes neozelandeses han entendido la importancia de un sector del mundo
que progresa a niveles significativos. Los tratados con China y con la ASEAN
han sido fundamentales para su estrategia de inserción internacional. Con una
combinación de negociaciones bilaterales y asociaciones estratégicas Nueva
Zelanda, a pesar de su tamaño y lejanía, se acerca a los mercados asiáticos,
asegurándose un futuro considerable.